En el SCSP de septiembre de 2003, tratamos de delinear la Teoría del Punto Omega de Frank Tipler. En estos días, releyendo a don Jorge Luis Borges, rescatamos algunos párrafos que arrojan ciertos ecos de la teoría de Tipler. Las transcribo:
Dunne asegura que en la muerte aprenderemos el manejo feliz de la eternidad. Recobraremos todos los instantes de nuestra vida y los combinaremos como nos plazca. Dios y nuestros amigos y Shakespeare colaborarán con nosotros.
"El tiempo y J. W. Dunne" ("Otras inquisiciones")
En esa moderada versión de cierta fantasía de Laplace -éste había imaginado que el estado presente del universo es, en teoría, reductible a una fórmula, de la que Alguien podría deducir todo el porvenir y todo el pasado. (John Stuart) Mill no excluye la posibilidad de una futura intervención exterior que rompa la serie. Afirma que el estado q fatalmente producirá el estado r, el estado r, el s, el estado s, el t; pero admite que antes de t; una catástrofe divina -la consumatio mundi, digamos- puede haber aniquilado el planeta. El porvenir es inevitable, preciso, pero puede no acontecer. Dios acecha en los intervalos.
"La creación y P. H. Gosse" ("Otras inquisiciones")
El primer instante del tiempo coincide con el instante de la Creación, como dicta San Agustín pero ese primer instante comporta no sólo un infinito porvenir sino un infinito pasado. Un pasado hipotético, claro está, pero minucioso y fatal.
"La creación y P. H. Gosse" ("Otras inquisiciones")
Que yo recuerde, la historia no registra dioses cónicos, cúbicos o piramidales, aunque si ídolos. En cambio, la forma de la esfera es perfecta y conviene a la divinidad (Cicerón: De natura deorum, II, 17). Esférico fue Dios para Jenófanes y para el poeta Parménides. En opinión de algunos historiadores, Empédocles (fragmento 28) y Meloso lo concibieron como esfera infinita. Orígenes entendió que los muertos resucitarán en forma de esfera; Fechner (Vergleichende Anatomie der Engel) atribuyó esa forma, que es la del órgano visual, a los ángeles.
"Pascal" ("Otras inquisiciones")
En el principio, Dios es los Dioses (Elohim), plural que algunos llaman de majestad y otros de plenitud, y en el que se ha creído notar un eco de anteriores politeísmos o una premonición de la doctrina, declarada en Nicea, de que Dios es Uno y es Tres. Elohim rige verbos en singular; el primer versículo de la Ley dice literalmente: en el principio hizo los Dioses el cielo y la tierra.
"De alguien a nadie" ("Otras inquisiciones")
En el budismo se repite el dibujo. Los primeros textos narran que el Buddha, al pie de la higuera, intuye la infinita concatenación de todos los efectos y causas del universo, las pasadas y futuras encarnaciones de cada ser, los últimos, redactados siglos después, razonan que nada es real y que todo conocimiento es ficticio y que si hubiera tantos Ganges como hay granos de arena en el Ganges y otra vez tantos Ganges como granos de arena en los nuevos Ganges, el número de granos de arena sería menor que el número de cosas que ignora el Buddha.
"De alguien a nadie" ("Otras inquisiciones")
Según la teología cristiana, Soy El Que Soy declara que sólo Dios existe realmente o, como enseñó el Maggid de Mesritch, que la palabra yo sólo puede ser pronunciada por Dios. La doctrina de Spinoza, que hace de la extensión y del pensamiento meros atributos de una sustancia eterna, que es Dios, bien puede ser una magnificación de esta idea: "Dios sí existe; nosotros somos los que no existimos", escribió un mejicano, análogamente.
"Historia de los ecos de un nombre" ("Otras inquisiciones")
Otros textos budistas dicen que el mundo se aniquila y resurge seis mil quinientos millones de veces por día y que todo hombre es una ilusión, vertiginosamente obrada por una serie de hombres momentáneos y solos.
"Nueva refutación del tiempo" ("Otras inquisiciones")
31.12.03
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