7.6.04
morir con la suya
Lo que sucede con la Selección, bien puede ser mirado como un símbolo de la Argentina, la imagen de la impunidad y del hacer lo que se quiere. La metáfora del “muero con la mía”, sin darse cuenta que no sólo se muere el que conduce, si no todos los que están a su alrededor. Ya se quemó a una generación de jugadores (la de Batistuta, Redondo y Simeone) y se va a quemar a la que sigue, sin que nadie se haga responsable. Por tozudez, se insiste en la impunidad, la excusa banal (“más no podemos”, “no existen enganches”, “tenemos que estar orgullosos de esta Selección”), el autismo ante un estadio vacío. Un símbolo de lo que sucede en otros campos de nuestro país, la ausencia del mérito, de la racionalidad de los medios que llevan al fin, la complicidad de un periodismo obsecuente. Del que se vayan todos, al no se fue nadie. Del persistir en el error, esperando que el resultado sea diferente. La realidad es que nos sacaron las ganas de ver a nuestra Selección. Y no hay nadie que se haga cargo de eso.
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