Medalla de oro en excusas para los deportistas argentinos en Atenas 2004. Picadita de las mejores justificaciones, oídas en esta primera semana de competencias.
A la mañana, no rindo igual.
No pudimos dormir la siesta y estábamos cansados.
Me dolía todo el cuerpo.
Yo no conocí a mi rival, por eso me ganó. Pero si lo hubiera conocido, le podría haber ganado en el primer cruce.
No sé que me pasó. Vamos a analizarlo con mi entrenador.
¡Es una barbaridad! En este tipo de cancha no se puede jugar.
Tuve que correr porque el jefe de la delegación no me avisó con tiempo para sacarme de la prueba y no llegué entera para el día siguiente.
Había mucho viento cruzado.
Problemas personales.
Lo de Pepe Meolans me puso mal.
No esperábamos ese viento para correr.
Tengo un desgarro. Una pena.
Yo, por lo menos competí. Competí y perdí. No como otros, que vinieron de turistas.
21.8.04
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