21.9.04

una historia de vida

Ayer y hoy La dramática conversión de una abortista
Norma McCorvey


1973

Su caso sirvió para sentar un hito en la jurisprudencia norteamericana; fue uno de esos fallos que quedan en la memoria de un país y que ofician de bisagra en su historia.

Comenzaba la década del 70 cuando Norma McCorvey, la verdadera persona detrás del personaje “Jane Roe”, reveló que su embarazo se debía a la violación de una pandilla. Su vida ya era por entonces un torbellino. Abusada física y psicológicamente de niña, pasó por un reformatorio y a los 16 años se casó con un marido que solía golpearla. Tuvo dos hijos, a los que veía poco o nada y que fueron dados en adopción. Pasó por varios trabajos temporales. Pobre, con escasa educación, bisexual, adicta a las drogas y al alcohol, Norma era la imagen viva de la desesperación.

Fue entonces cuando dos abogadas recién egresadas y ambiciosas, Sarah Weddington y Linda Coffee, vieron en ella la oportunidad que buscaban para armar un caso sólido que sirviera para abolir la ley que desde hacía 100 años prohibía el aborto en el estado de Texas. Intentaron convencerla de que se sometiera a esa operación.

El caso, llamado Roe v. Wade (por el fiscal de Dallas Henry Wade, defensor de la prohibición), llegó hasta la Corte Suprema, que en 1973 legalizó el aborto en todo Estados Unidos. Durante el litigio, Norma dio a luz, y el bebe fue dado en adopción. McCorvey pasó luego a trabajar en clínicas dedicadas al aborto y en 1987 confesó que la historia de la violación había sido inventada. Sin embargo, nada hacía prever la sorprendente decisión que adoptaría años más tarde.

2004

La vida de Norma dio un giro de 180 grados cuando una organización Pro-Vida, llamada Operación Rescate, estableció una sede al lado de la clínica donde Norma desarrollaba sus tareas, en Dallas.

Ambas sedes eran escenario de periódicas manifestaciones callejeras. En sus pausas en el trabajo, McCorvey salía a fumar a la vereda, y allí fue donde conoció al reverendo Philip Benham, el director de la entidad vecina y “enemiga”, que acusaba a Norma de ser “la responsable de la muerte de 35 millones de niños”.

Al diálogo áspero que surgió inicialmente le sucedió un sutil intercambio de ideas. “El [Benham] no era el típico fanático que no hacía más que gritar frente a la clínica y leer la Biblia”, lo definió luego Norma. Pese a estar ideológicamente en las veredas opuestas, comenzaron a discutir sobre religión y con el tiempo forjaron una sólida amistad.

A partir de esa relación comenzó a gestarse un gran cambio en la vida de Norma, un cambio que se precipitó gracias a otra amistad, esta vez con una niña de siete años, Emily, hija de Ronda Mackey, voluntaria de Operación Rescate. “Su cariño incondicional y sus abrazos me desarmaron”, recuerda ahora Norma.

Y fue difícil resistirse cuando la niña le pidió que la acompañara a rezar a una iglesia. El sermón que escuchó allí tocó el corazón de Norma, que se volcó al cristianismo. El 8 de agosto de 1995 sorprendió al mundo cuando fue bautizada en la pileta de natación de su casa, un acontecimiento que fue televisado en directo.

Arrepentida de su pasado y tras convencerse de que aun un pequeñísimo embrión es un ser humano, dejó la clínica abortista, comenzó a trabajar en Operación Rescate, se hizo católica en 1998 y creó una organización, Crossing Over, dedicada a promover el derecho a la vida. “Ahora estoy ciento por ciento entregada a Jesús”, dice McCorvey, que hoy tiene 57 años. Además de viajar por todo Estados Unidos para compartir su particular historia en charlas y seminarios, escribió un libro, “Won by love”, donde cuenta hasta el último detalle cómo su vida resumió dramáticamente los polos opuestos de un tema polémico, que aún divide a la sociedad norteamericana y que es objeto de intenso debate en la actual campaña electoral.

(la nación, 20.09.04)

No hay comentarios.: