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ENTRE COPAS
Algunos son Cabernets, sobrevivientes; otros patalean, los Pinot que esperan el paciente enólogo que valore su sabor. Paralelo entre hombres y vinos, película de gente que habla, "Entre copas" es un delicioso ejercicio del diálogo, una road movie californiana para que los protagonistas se encuentren con su propia confusión de estar vivos.
El guión de Alexander Payne (director también) y Jim Taylor, sobre la novela de Rex Pickett, es el viaje de despedida de solteros de dos amigos: Jack, un actor televisivo venido a menos, a punto de casarse con la hija de un adinerado hombre de negocios y Miles, depresivo, alcohólico, fracasado escritor amante de los vinos, que no ha podido superar su divorcio, ocurrido hace dos años. Los amigotes emprenden el último viaje de soltería por la ruta de los vinos de California. Miles va en busca del saber encerrado en las cepas; Jack, una mujer con la que revolcarse por última vez.
Ese es el gatillo disparador de una comedia graciosa por momentos, melancólica la más de las veces. La epopeya del héroe que está pegando la vuelta de la vida, que sabe que ha fracasado y que persiste en su intento de sobrevivir, de dejar una huella, de aceptar la derrota y continuar.
Los diálogos de "Entre copas" son para saborear, como una buena copa de vino. Hay dos monólogos fundamentales, en una misma escena, que sirven de tesis al film. El monólogo del Pinot de Miles y el de la evolución de los vinos de Maya. Allí está expuesta la necesidad del protagonista (alguien que se dé el tiempo necesario para paladear sus características áridas) y el riesgo que corre (la posibilidad de que se agrie su vino, si éste no es abierto en el momento justo, en su ápice).
"Entre copas" funciona, además, por la exquisitez del elenco que carga con el peso de la historia. Brillante Paul Giamatti, en un rol que lo conoce de memoria, desde "Esplendor americano" y "Storytelling", ese arquetipo del intelectual fracasado universitario. No menos memorable es el papel de Thomas Haden Church en un patético personaje, un tipo que parece que se lleva la vida por delante, que está seguro en sus intuiciones, que no va a dejar pasar sus oportunidades... hasta que llega la escena final y nos conmueve su inseguridad, su incertidumbre, su necesidad de ser aceptado, aunque sea a un segundo escalón, tan lejano de sus sueños. La otra pata destacada es la actuación de la exquisita Virginia Madsen, en antológica química con Giamatti. Sandra Oh está en un nivel inferior, en parte porque su rol es el que está menos desarrollado.
Escenas memorables: toda la secuencia del anillo de bodas; el diálogo entre Miles y Maya, en el porche, sobre los vinos; la presentación del personaje de Miles; el encuentro entre Miles y su ex mujer.
Frases: "¡Ayúdame! ¡Ayúdame!"; "Si alguien quiere Merlot, tomaremos Merlot", "¡No! Si alguien ordena Merlot, me voy. No voy a beber ninguna mierda de Merlot"; "¿Cuál es el título?", " 'El día después de ayer' ", "¿Eso quiere decir hoy, no?"; "¿Puedo preguntarte algo personal?", "Sí", "¿Qué es lo que tienes con el Pinot? Siento que para ti es algo personal", "Bueno… no sé... no sé... Um… es una uva difícil de cultivar... lo sabes, ¿sí? Es... uh... su piel es delgada, temperamental, madura tempranamente... Es… tú sabes… no es una sobreviviente como el Cabernet, que puede crecer en cualquier lugar, uh... y prospera aunque sea abandonada. No. El Pinot necesita constante cuidado y atención. ¿Sabés? Y de hecho, sólo puede crecer en un lugar muy específico, muy pequeño, en un rincón escondido del mundo. Y sólo los más pacientes y conocedores viñateros pueden lograrlo. Sólo alguien que realmente se tome el tiempo para entender el potencial del Pinot puede persuadirlo a que alcance su más plena expresión. Entonces, quiero decir, oh sus sabores, sólo ellos son los más hechizantes y brillantes y emocionantes y sutiles... y antiguos del planeta"; "Sigue escribiendo"; “Originalmente entré a los vinos por mi ex marido”, “Ah”, “Tú sabes, él tenía una gran y ostentosa bodega en el sótano, tú sabes”, “Sí”, “Descubrí que tenía perspicacia para los vinos”, “Uh, huh”, “Y más que beber, lo que más me gustaba del vino era lo que me hacía pensar”, “¿Cómo qué?”, “Como la clase de fraude que él era”, (Ríe), "A mí me gusta pensar la evolución del vino, como si fuera una cosa viva. Me gusta imaginar como fue el año en que crecieron las uvas, si fue un verano soleado o lluvioso... como era el clima. Pienso en toda esa gente inclinada, eligiendo las uvas, y si es un vino viejo, cuántos de ellos deben estar muertos ahora. Amo como el vino continúa evolucionando, como cada vez que abres una botella, su gusto es diferente a si lo abres otro día. Porque una botella de vino está verdaderamente viva, está constantemente evolucionando y ganando complejidad. Es así, hasta que alcanza su máximo.... como tu ‘61... y luego comienza su continua, inevitable declinación. Por eso sabe tan jodidamente bueno”; “Bien, el mundo no le interesa una mierda lo que yo tenga que decir. Soy tan insignificante que ni siquiera puedo suicidarme”, “Miles, ¿qué mierda se supone que signifique eso?”, “Vamos, vamos, ya sabes. Hemingway, Sexton, Plath, Woolf. No puedes suicidarte antes de publicar”, “¿Qué hay del tipo ese de ‘La conspiración de los necios’? Se mató antes de que fuera publicado. Mira que famoso es ahora”, “Gracias”; “Miles, tú sabes de libros, de películas y de vinos. Pero no conoces mi condición”; “Soy una huella digital en la ventana de la planta baja de un rascacielos manchado de excrementos emergiendo de un mar de toneladas de aguas cloacales”, “¿Lo ves? ¡Yo nunca podría escribir algo así!”, “Ni yo tampoco. Creo que es de Bukowski”.
CONSEJO: ir a verla.
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