23.1.06

el brazo de Sofía Bozán

Entre los dos paños cerrados de la cortina dorada del Maipo, aparecía un brazo femenino cubierto de pulseras de brillantes desde la muñeca hasta el codo, más otro surtido de pedrerías en los dedos. El brazo iba y venía, ondulante y refulgente, hasta que la voz inconfundible de Sofía Bozán proclamaba, al tiempo que las cortinas se descorrían: "No, no soy la que pensás".

Y aparecía con un vestido, copia exacta del lucido por Evita en el banquete de gala de la asunción presidencial, con el hombro izquierdo desnudo y posado en él, un cardenal, un pajarito embalsamado.

Alusión más que directa a una circunstancia que había movido mucho las lenguas filosas en la Buenos Aires de entonces: el hombro desnudo de Eva lindaba, en la cabecera del banquete, con el ropaje púrpura del cardenal Copello, sentado a su izquierda.

A la pareja presidencial el chiste no le hizo ninguna gracia y así se lo informaron a los responsables del espectáculo. Durante todo el período del primer peronismo, en el teatro de revistas no se volvió a hacer la menor alusión a la pareja gobernante.

ERNESTO SCHOO
La política y el humor, esos dos eternos opuestos

(la nación, 14.01.06)

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