9.1.06
kavanagh
Parece demasiado lindo para haber sido obra de un ataque de ira. Pero, según cuenta la leyenda, el Kavanagh, el edificio de hormigón que supo ser el rascacielos más alto de América latina y que hoy festeja sus 70 años, tuvo un origen tormentoso, con una historia de amor nunca consumada.
Las malas lenguas dicen que Corina Kavanagh, mujer que pertenecía a una familia adinerada pero no patricia, lo hizo construir para vengar un romance no aceptado entre una de sus hijas y un joven de la familia Anchorena, uno de los apellidos más ilustres de la Argentina.
Contrariada por la oposición de los Anchorena, Corina, algo resentida, quiso ensombrecer una hermosa obra arquitectónica que también hoy deleita a los turistas y transeúntes que pasean por Retiro: la iglesia del Santísimo Sacramento, que los Anchorena habían construido hacia 1920 para utilizarla como sepulcro familiar.
El único pedido que les hizo a los arquitectos Gregorio Sánchez, Ernesto Lagos y Luis María De la Torre fue que el edificio, cuya entrada principal se encuentra en Florida 1065, tapara la basílica. Hoy, para mirar de frente a la iglesia, la única alternativa es pararse en el pasaje Corina Kavanagh, que también pertenece al edificio. Venganza consumada.
LAURA REINA
El Kavanagh y sus 70 años de historias
(la nación, 03.01.06)
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