V DE VENGANZA
"Ahora estamos en 1988. Margaret Thatcher comienza su tercer mandato y lidera sólidamente un Partido Conservador hacia el próximo siglo. Mi hija tiene 7 años y en la prensa circula la idea de campos de concentración para los enfermos del SIDA. La nueva policía antidisturbios lleva visores negros, como sus caballos, y sus furgonetas transportan videocámaras giratorias en su techo... El gobierno ha expresado su deseo de erradicar la homosexualidad, incluso como concepto abstracto. Y uno se pregunta qué nueva minoría será atacada legalmente después. Pienso en llevarme a mi familia fuera de este país muy pronto, en los próximos años. Es frío, miserable y corto de miras. Y no quiero estar aquí en el futuro.
Buenas noches, Inglaterra. Buenas noches, Servicios Sociales y la V de la Victoria.
Hola a la Voz del Destino y a V de Vendetta".
ALAN MOORE
Éste es una parte de la introducción que Alan Moore escribió para la edición de su historieta, "V de Vendetta", el cómic con dibujos de David Lloyd, llevado al cine por los hermanos Wachowski. A poco de más de cumplir dos décadas de su creación, la descripción del régimen fascista que impera en una Londres post invierno nuclear, se vuelve aterradoramente fiel. Cóctel de "1984", "Un mundo feliz", "El conde de Montecristo" y "El fantasma de la Ópera", "V de Vendetta" es una declaración de principios anarquista. ¿Y si el gobierno pasara a tenernos el mismo miedo que nosotros le tememos? ¿Y si hubiera alguien que meciera la cuna, sólo un poco, lo suficiente para que estalle en el suelo el bebé cretino que contiene?
El torrente de ideas que bulle de la historia de "V de Vendetta" se contrapone a la pobreza visual con que fue llevada a la pantalla por James McTeigue, socio de los hermanos Wachowski en "Matrix". Sólo por dar un ejemplo, el más reciente, vale compararla a "Sin City", para darse cuenta la pobreza con que fue llevada a la pantalla. Tal vez, exceso de respeto al cómic, o búsqueda de un estilo austero, para no ahogar a la historia. Pero deja mucho que desear en el campo de diseño de arte.
"V de Venganza" es la historia en una cercana Inglaterra del futuro, manejada por el gobierno fascista del canciller Adam Sutler. Una sociedad sumisa que ha cedido voluntariamente su libertad, domesticada por el lavado de cerebro mediático de la cadena oficial, "La Voz del Destino". País militarizado, fanatismo religioso y miedo incrustado bajo la piel de cada ciudadano. En ese contexto, se levanta un hombre, un desconocido tras la máscara y patea el tablero. El hombre: V. V de Vendetta y Victoria. El tipo que hace volar la estatua del Palacio de Justicia y promete, en un año, el próximo 5 de noviembre, volar el Parlamento británico, como lo intentara, fallidamente, Guy Fawkes en igual fecha de 1605. Ese acto provoca el derrumbe. Tiembla la sólida estructura totalitaria. Alguien se ha levantado para acusar al gobierno. Alguien provoca a la masa adormecida. Detrás de cada bomba, de cada acto violento, se cae un pedazo de la dictadura.
El discurso subversivo de "V de Venganza" no puede diluirse, pese a algunas volteretas del guión, alguna duda retórica expresada por los protagonistas. La tesis sigue siendo clara: es válido valerse del terror para acabar con la pesadilla.
Los paralelos con el actual estado de cosas mundial (el cinismo e inmoralidad de los gobernantes no es sólo propiedad argentina) no se disimulan. Manipulación de medios, amenazas creadas desde el mismo Estado para atemorizar a la sociedad, fanatismo religioso, discriminación de las minorías, resignación social.
En la escalada de violencia de V, hay algo que no ha previsto: Evey. La chica bonita. El amor. Las variables que altera toda especulación política. También, la nueva generación y la comprensión que cuando caiga el mundo corrompido, no sólo se llevará a los dictadores que lo manipularon en las alturas, sino a sus rivales.
"V de Venganza" no disimula la estructura del cómic que le da origen. Aún así, logra su objetivo. Uno lamenta que esta historia no haya caído en manos de un maestro, porque daba para hacer un clásico. Pero, pese a la medianía artística de sus traductores a la pantalla grande, la historia es tan fuerte, tan provocativa, tan incómoda para nuestra ética democrática, que funciona. "V de venganza" merece ser vista y analizada, aún en esos postulados que puedan molestarnos. Ese es el mérito principal de la obra.
Detrás de la máscara de V, está Hugo Weaving, el hombre de traje negro que perseguía a Keanu Reeves en la trilogía de "Matrix"; Natalie Portman, la otra coprotagonista, bordea la sobreactuación (como viene haciendo en sus últimos trabajos), pero no termina de caer en ella. El resto del elenco apoya con eficacia y soltura. Una mención aparte para John Hurt, en el papel del dictador Adam Sutler, y de Stephen Fry, como el policía honesto.
Escenas a destacar: la escena entre V y la doctora genocida; la secuencia de la prisión de Eve, con la historia de la prisionera homosexual escrita en un rollo de papel higiénico; la voladura del Parlamento británico (una de las grandes imágenes del año); el discurso de V en la cadena televisiva; el discurso inicial de V, repleto de "V" cortas iniciales.
Frases: "¿Te estás vengando de ellos por lo que hicieron?", "Lo que hicieron fue monstruoso", "Y ellos crearon un monstruo"; "Recuerda, recuerda, el 5 de noviembre. El complot y la traición de la pólvora. Sé que no hay ninguna razón para que la traición de la pólvora debiera ser olvidada"; "Yo, como Dios, no juego con los dados ni creo en las coincidencias"; "¡Fuerza por medio de la Unidad! ¡Unidad a través de la Fe!"; "Detrás de esta máscara hay más que carne. Hay ideas, Mr. Creey. Y las ideas son a prueba de balas"; "Usted no le teme a morir. Se parece a mí", "La única cosa que tenemos en común, Mr. Creedy, es que ambos moriremos"; "Los únicos registros confiables en cualquier gobierno, son los archivos de impuestos"; "¡Oh, Dios! Eres tú...", "El fantasma de las Navidades pasadas..."; "Mi padre me dijo una vez que los artistas usan mentiras para decir la verdad, mientras los políticos lo hacen para ocultarla"; "Quítate la máscara", "No"; "Una revolución sin baile... no tiene ningún valor"; "Dios está en la lluvia"; "¿Quién era él?", "Él era Edmundo Dantes. Fue mi padre y mi madre. Mi hermano, mi amigo. Fue usted... fui yo. Fue todos nosotros"
"Vas a asesinarme", "Te he matado hace diez minutos. Cuando dormías", "¿Será doloroso?", "No", "Gracias. ¿Es absurdo disculparse?", "Nunca", "Lo siento tanto"; "¡Inglaterra Prevalece!"; "No existe la coincidencia, sólo la ilusión de la coincidencia"; "¡Por favor! ¡Piedad!", "Oh, no está noche Obispo, no está noche"; "El único veredicto es la venganza, una vendetta, sostenida como un regalo que no sea en vano"; "No quiero que mueras", "Es lo más bello que alguien pudo decirme"; "A Madame Justicia le dedico este concierto"; "El pueblo no debería temerle a su gobierno. Él debería temerle a su pueblo"; "El miedo se convierte en el último instrumento de este gobierno"; "Quisiera no sentir miedo todo el tiempo. Pero lo tengo"; "Necesitamos ser claros en nuestro mensaje a la población de este país. Este mensaje debe ser leído en cada diario, oído en cada radio, visto en cada televisión... Yo quiero que cada uno recuerde porque nos necesita"; "Algunos son más responsables que otros... pero si quieren ver a los auténticos culpables... busquen un espejo y mírense en él".
CONSEJO: Ir a verla.
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