7.6.06
el final de la trilogía
X-MEN III: LA BATALLA FINAL
Bastante subestimada por la crítica, la trilogía de "X-Men" se ha destacado como el mejor cómic llevado al cine, compitiéndole de igual a igual a los mejores momentos de "Batman" de Tim Burton o a la segunda parte de "El hombre araña". Este cierre de la trilogía (¿cierre?) posee todas las ventajas que observamos en la entrega anterior: personajes con dilemas éticos potentes; efectos especiales funcionales a la trama; excelente casting; memorables actuaciones; una tesis sobre la que pivotea la acción. Es un claro ejemplo de lo que le pedimos a una película pochoclo, un plus dramático que nos regale algo más al salir del cine.
En esta versión, explota el enfrentamiento entre los humanos “normales” y los mutantes. El gobierno tiene en su mano una "cura" para volver "normales" a los mutantes. Este anuncio provoca el levantamiento de Magneto, a la cabeza de un grupo de mutantes rebeldes con el propósito de arrasar con la humanidad normal. En el medio, sin perder su identidad, pero abogando por la convivencia, los mutantes de la escuela del Profesor Charles Xavier. Juego cruzado de pasiones, en un mundo al borde de la guerra, llegará el momento que el futuro de la humanidad estará (como lo ha estado siempre) en manos de un puñado de hombres justos.
"X-Men III" tiene la ventaja de la concisión, con escenas visualmente desarrolladas, en la que siempre se expone un conflicto dramático de los personajes. Todos tienen un problema, una resolución ética que enfrentar: ¿dónde está la lealtad de Wolverine, hacia sus amigos o hacia su amor?, ¿A quién responde Jean Grey, al monstruo egocéntrico que habita en ella o a la moral impuesta por el Profesor Xavier?, ¿Cuál es el modo de responder a la discriminación, cerrando el puño o abriéndolo amistosamente?, ¿Le conviene a Rogue abandonar sus poderes por el precio de una caricia y un beso?
Llega un momento para los buenos de "X-Men" que todo está a punto de derrumbarse. Son minoría, las partes se han puesto inflexibles, ellos atraviesan el duelo por la pérdida de seres queridos. La oscuridad y el desánimo rondan en los claustros de la escuela de Charles Xavier. Sólo quedan seis personajes. Seis tipos que se enfrentarán a la manada desenfrenada para mantener en pie un puñado de ideales. No importa que esa decisión implique la muerte. En los momentos de barbarie, alguien debe levantar la claridad de los principios, alguien debe defender al amor, la tolerancia, la bondad y la ética. El bien y el mal. Una elección personal que define el mundo en el que vivimos. Cada personaje de "X-men" tiene que afrontar esa decisión. Y el peso de esa conducta, tiene la misma carga para ellos, superhéroes de historieta, que para cualquiera de nosotros, grises y débiles mortales.
Otra línea principal de la película, es la fuerza del amor para vencer al mal y al odio. Si algo redime al villano que domina a Jean Gray, es el amor. Es lo único que evita que el mundo colapse, que el caos gane la partida.
Una idea interesante, la necesidad de "curar" lo diferente. La tolerancia de la sociedad que encierra un pensamiento autoritario. Sos distinto pero no acepto tu diferencia, sino que "comprendo" el peso de tu diferencia y trabajo para erradicarla, para que ya no seas diferente. Entonces, si niego tu identidad, si niego lo que te distingue de los otros, ¿qué tipo de tolerancia estás pregonando?
Algunas de las fallas que le podemos encontrar a "X-Men III", tal vez sea responsabilidad de la escasez de minutos de este final de trilogía. Hay sublineas poco desarrolladas o resueltas al vuelo. Un caso, es la subhistoria de Rogue; otra (daba para mucho más), la de Ángel.
Escenas destacadas: la lucha entre Jean Grey y Charles Xavier; la escena del puente volador; el encuentro final entre Wolverine y Jean Grey; la escena inicial de la "depilación" de las plumas; el vuelo de Ángel; el recuerdo respetuoso de Magneto hacia Xavier (brillante esta relación amor - odio entre los dos protagonistas principales; brillantes Ian McKellen y Patrick Stewart); la escena del lago y las piedras flotando.
Babita emérita para Halle Berry, Famke Janssen, Anna Paquin y Rebecca Romjin (poco tiempo en pantalla Mystique, una pena). Un apunte meritorio para Hugh Jackman, en su memorable Wolverine. No se vayan del cine hasta que pasen los últimos títulos (pero todos, ¿eh?) porque hay una escena más que lo van a sorprender. El habitual cameo de Stan Lee, está en el principio del filme: es uno de los vecinos de la infante Jean Grey que está arreglando su jardín cuando arriban Magneto y Charles Xavier.
Frases: “Desde el amanecer de la existencia, ha habido momentos en que el curso de la historia cambia. Tal giro se está dando ahora. Es el conflicto entre los mejores y los peores ángeles de nuestra verdadera naturaleza. El resultado cambiará nuestro mundo de tal manera, que no habrá marcha atrás. No sé si la victoria es posible. Sólo sé que un gran sacrificio será requerido. Y, porque el destino de muchos depende de unos pocos, debemos hacer la última resistencia”; “Por principio, no puedo negociar con esa gente”, “Bien, entonces sabe lo que hay que hacer”;
“Nadie habla de exterminio. Ellos sólo lo harán. Y tú seguirás con tu vida, ignorando los signos. Y un día, cuando el aire esté calmo y la noche caiga, ellos vendrán por ti. Sólo entonces te darás cuenta que mientras hablabas sobre organización y comités, el exterminio había comenzado”; “Un gran laboratorio ha desarrollado un modo de suprimir el gen mutante X, permanentemente. Ellos lo llaman una cura”; “Mientras todo el mundo se va al infierno, ¿sólo te quedarás sentado ahí?”; “Tú, de todos, sabes cuan rápido puede cambiar el clima”; “Charles siempre quiso tender puentes”.
CONSEJO: ir a verla.
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