18.8.06
la sitcom del capitán Sparrow
LOS PIRATAS DEL CARIBE 2: EL COFRE DE LA MUERTE
Por momentos, parece que esta segunda parte de "Los piratas del Caribe" fuera una sitcom de Sony. Jack Sparrow revolea los brazos y lanza un latiguillo, mientras mira a cámara esperando las risas pregrabadas. Si en la primera parte, los personajes nos guiñaron el ojo, haciéndonos cómplices de la memoria emotiva de las historias de piratas, en esta secuela se les fue la mano y, en todo momento, parecen decirnos: "Ojo que todo esto es joda".
"Piratas del Caribe 2: El cofre de la muerte" peca de varias cosas. Un guión confuso, efectos especiales no funcionales a la trama, una puesta en escena demasiado paródica. A esta segunda parte, le falta la espontaneidad que tenía su capítulo inicial. Por más fuegos artificiales que veamos, por más despliegue de estructuras móviles, tentáculos gigantescos o maquillajes bizarros, la acción es mínima. Es más: en la primera media hora y media larga, el filme aburre. No se sabe bien para qué lado avanza. Ni qué están buscando los personajes. Ni porqué.
Si "Piratas 2" levanta un poco de vuelo, es en el tercio final, cuando aflora la química entre Keira Knightley y Johnny Depp. Los diálogos picantes, las miradas sugerentes, el contrapunto actoral nos da los mejores momentos del filme. La aparición de cierto personaje del primer capítulo, que preludia el final en una trilogía de próximo estreno, levanta la temperatura. Esto es: "Piratas 2" mejora cuando promete lo que va a venir, más que cuando nos da lo que viene.
Insistimos: ni el presupuesto de varios cientos de millones, ni los efectos especiales, ni el elenco de estrellas, salvan a una película. Todo eso puede darle brillo. Pero, para que la figura sea armónica, hay que mirar bajo la superficie, en la estructura: el guión es el núcleo de toda película. Si "Piratas 2" cansa en la primera mitad, es porque detrás de tantas corridas y gags, no hay nada; si mejora en el desenlace, es porque los personajes empiezan a mostrar una historia: la tesis de si es cierto que todos tenemos un precio, si todos somos capaces de hacer algo malo, para lograr lo que queremos. Cada personaje, en ese desenlace, enfrenta esa decisión. Y la tercera parte sugiere que querrán borrar, con un derroche de valor, el precio que pagaron en esta segunda parte.
Un apunte aparte: inevitable comparar el desenlace de esta mitad (con un personaje "desaparecido" que debe ser buscado por sus amigos) con la memorable "El imperio contraataca".
Nos quedamos con el bomboncito Keira Knightley (una de las predilectas de esta casa), a Johnny Depp lo pasamos de largo en esta ocasión y, lamentamos, que Bill Nighy (oculto detrás de la máscara con tentáculos de Davy Jones) no haya tenido un papel de más desarrollo.
Escenas a destacar: el ataque final de Jack Sparrow con el Kraken; el diálogo entre Elizabeth y Sparrow en el Perla Negra; la aparición final del capitán Barbossa; la secuencia de las ruedas giratorias en la selva.
Dos cosas para criticar: cierta morbosidad innecesaria (más si el público objetivo son los chicos) y la inclusión de una última escena, después de los interminables títulos finales. No vale la pena quedarse a verla, es un gag final, un tanto pavo, pero no tan importante para pelearnos con los pibes que limpian la sala, esperando que pasen todos (pero todos, eh) los créditos.
Frases: “Maldito, Jack Sparrow”; “¿Y cuál es su historia, marinero?”, “¿Mi historia? La misma que la de ustedes, sólo que un capítulo antes”; “Únete a mi tripulación”; “¡Elizabeth! (A GIBBS) ¡Esconde el ron!”; “Jack, las cartas, ¡devuélveme las cartas!”, “Persuádeme”; “Lord Beckett quería el contenido de ese cofre. Yo lo traje y tengo mi vida de nuevo”, “¡Ah! El lado oscuro de la ambición”, “Yo prefiero verlo como la promesa de una redención”; “¿Se atreverían a navegar hasta el fin del mundo?”; “Quiero encontrar al hombre que amo”, “Profundamente halagador, pero mi primer y único amor es el mar”; “Tienes mi pago. Un alma se ha ofrecido para servir en tu barco”, “Un alma no es igual a otra”, “¡Ajah! Así que hemos establecido mi propuesta como un principio. Sólo tenemos que regatear el precio”
“Habrá una ocasión en la que tendrás la oportunidad de hacer lo correcto”, “¡Amo esos momentos! Amo verlos venir y dejarlos pasar”; “¿Qué están apostando?”, “Lo único que tienen: años de servicio”; “¡Hola, bestia!”; “Sólo es un barco, camarada”; “Volverás. Yo sé que eres un buen hombre”; “Yo soy el mar”; “¿Por qué pelear cuando podemos negociar?”; “Está tras de ti, no del barco… no de nosotros. Es la única manera, ¿no lo ves?... Lo siento”, “Pirata”; “La vida es cruel. ¿Por qué lo que sigue debería ser diferente?”; “Un cierto pirata llamado Jack Sparrow”, “¡Capitán Jack Sparrow!”; “Sabes, los pantalones no te quedan. Debería ser un vestido o nada. Y sucede que no tengo un vestido en mi camarote…”.
CONSEJO: ¿qué querés que te diga? Si te gustó la primera, la vas a ver igual; si no te gustó, ni pintás por el cine. No importa lo que te aconseje, tu decisión está tomada.
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