22.3.07
últimos días
TIEMPO DE VIVIR
Francios Ozon es uno de los mimados por esta página. Por eso, el estreno de un filme suyo, despertó grandes expectativas. Más aún, con el tema que se traía entre manos (los últimos días de un joven fotógrafo enfermo de un cáncer terminal). “Tiempo de vivir”, sin embargo, nos deja con un sabor a demasiado poco, a mucha corrección para contar una historia y una línea interpretativa a a la sucesión, que queda allí, en el umbral. No es un mal filme, pero tampoco uno que nos quede en la memoria.
Romain es fotógrafo y es gay. Además, está enfermo de cáncer. Un cáncer terminal. Desde ese momento, en el tiempo de descuento, empieza a atar los cabos sueltos de sus relaciones (novio, padres, hermana, abuela, sobrino). Esa despedida evoluciona desde la ira hacia la resignación final. Y la calma se logra sólo cuando se ha plantado una semilla hacia el futuro.
“Tiempo de vivir” transcurre con una modorra francesa, cierta frialdad que nos hace alejarnos de la historia, de lo que sucede en la pantalla. Hay dos momentos claves: la relación entre Romain y su abuela Laura (Jeanne Moureau), la primera persona a la que le cuenta su enfermedad; la relación con Jany (Valeria Bruni Tedeschi, babita al mérito del día de la fecha) que “resuelve” el conflicto de Romain. Hay un disparador en la historia: la imagen del niño que fue, mirándolo en el espejo de su cuarto. Hay otra clave: la pelea con su hermana, por sus niños. Hay una necesidad oculta del protagonista, un sueño que no podido cumplir. Romain necesita cerrar el círculo, tender un puente al futuro, aunque ya no esté. Es como si ese niño que fue (que está por desaparecer con él) sobreviva en ese otro que asoma, más de los títulos finales.
La relación con la abuela apunta como trascendente y termina demasiado pronto. La historia con Jany es vital (diríamos que es la historia de la película) y tiene un desarrollo muy breve. Tal vez, en estas carencias de estas dos historias, se explique que ésta sea la película menos provocativa de las que vimos de Francois Ozon en Argentina.
Escenas destacadas: el menáge a trois; la última charla con el padre; la despedida con su hermana; la secuencia en la playa.
La frase: “Quisiera irme contigo”.
CONSEJO: esperar al video.
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