300
“… siempre he encontrado fascinante cómo las sociedades libres dependen de sus dictaduras internas para protegerse. Es decir, cuando estamos en peligro no enviamos al Congreso de los Estados Unidos, enviamos a los marines, que están entrenados y jerarquizados como los habitantes de un estado totalitario. Pero son nuestra línea de defensa, los necesitamos. Es uno de los aspectos paradójicos de esta historia que me encantan, que los menos democráticos de los griegos estuvieran defendiendo la democracia”.
FRANK MILLER
guiadelcomic.com
La traducción cinematográfica del cómic de Frank Miller (remember “Sin City”) es tan deslumbrante visualmente como pobre argumentalmente. “300” es la historia de la épica resistencia de un puñado de 300 espartanos, en el Paso de las Termópilas, para evitar la invasión del ejército persa. (La historia real suma a varios miles el número de griegos que resistieron allí, pero el peso de la batalla la llevaron la fuerza de elite espartana al mando del Rey Leónidas. Para más datos, es.wikipedia.org). Contada con crudeza, efusión de sangre, cuerpos mutilados y una fotografía que remite al cómic, “300” carece de personajes con riqueza sicológica. Paradójicamente, son bidimensionales, como el dibujo de la historieta: o buenos o malos. No hay términos medios.
Seguramente gran parte de la carga ideológica del filme provenga del mismo cómic, de fines de los años ’80. Pero la traducción cinematográfica no deja de tener una actualidad muy acorde a los vientos imperialistas de la Administración Bush. El guión del propio director Zack Snyder junto a Kurt Johnstad y Michael Gordon encarna ese ideal de que la libertad paga su precio de sangre con un ejército profesional. La militarizada sociedad espartana es el ejemplo de esa creencia, aunque (valga la parádoja) si hoy recordamos a Grecia como la cuna de la democracia, sea por Atenas (la que va a las armas con meros artesanos, pastores, herreros y labradores).
La debilidad del guión no reside en su propuesta ideológica sino en su ausencia de buscar otros detalles a los personajes, de hallarle conflictos dramáticos y desafíos morales que nos lleven a ponernos en la piel de sus protagonistas. Todos están tan seguros de lo que hay que hacer que, sorpresivamente, el cruel Jerjes es el personaje más interesante del filme. Es inevitable compararlo con la riqueza dramática y conceptual de “Troya”, ideológicamente ubicada en la vereda de enfrente.
Para el que busque inexactitudes históricas, seguramente las hallará. Pero “300” no pretende ser una reconstrucción fiel de la historia sino un relato épico preferentemente visual. Y hay que quedarse con ese flanco como el principal pilar de una película que deslumbra visualmente. Pese a sus flaquezas conceptuales, “300” es para verla en un cine de excelente sonido e imagen. La fotografía de Larry Fong y la dirección de arte de Isabelle Guay, Nicolas Lepage y Jean-Pierre Paquet son para anotar.
Escenas destacadas: Leónidas dándole el agua y la tierra a los emisarios de Jerjes; la muerte del hijo del oficial de Leónidas; el primer encuentro entre Jerjes y Leónidas; la charla entre Leónidas y Efialtes; el primer encontronazo entre persas y espartanos.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: si es fanático de los cómics o de las películas bélicas, ir a verla.
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