5.7.07

domingo 05.07.1807 – 6 p.m.

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capitulación

Santiago de Liniers trató con mucho respeto a los oficiales ingleses prisioneros, llegados al Fuerte, en especial a Robert Craufurd quien hablaba francés por haber convivido cinco años con los austriacos, en la guerra contra Francia. Liniers le mostró el borrador de la capitulación que iba a presentar a John Whitelocke.

A esa hora, Whitelocke contaba con 4 mil hombres para continuar el combate, sin contar la reserva de Mahon, que podía darle otros 2 mil hombres más. Whitelocke había perdido 2 mil hombres, entre heridos y prisioneros. Las pérdidas de Liniers no superaban los mil muertos y otros tantos heridos. Aunque las bajas inglesas eran muy fuertes, todavía contaban con efectivos para intentar dar vuelta la jornada.

Liniers sabía que era el momento de aprovechar la confusión de las fuerzas inglesas, para apurar con una capitulación honrosa, antes de que el rival intentara un contraataque que podría ser fatal.

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La idea del borrador inicial de Liniers era devolver los prisioneros de la Reconquista y los de la Defensa, en canje por los que Auchmuty envió a Londres, en la toma de Montevideo y los de Whitelocke en ese día, amén del compromiso de evacuar el Río de la Plata en dos meses. Martín de Álzaga redobló la apuesta y exigió que se pidiera la evacuación de Montevideo, pese al temor de Liniers de que se cayera el acuerdo, con la continuación del combate. Álzaga argumentaba que en el peor de los casos, se podía quitar esa condición, si los ingleses no lo aceptaban. Detrás, existía el interés comercial de Álzaga de quitar el predominio del comercio exterior de Montevideo, que había logrado tras la toma inglesa.

Esa misma tarde, Liniers envía la carta con la propuesta a Auchmuty en el Retiro:
Vuestra Excelencia:
El mismo sentimiento de humanidad que inspiró a Vuestra Excelencia, sin conocimiento de la fuerza a mi mando, a proponer la capitulación, me anima hoy cuando estoy plenamente al tanto de vuestra situación, con ochenta oficiales de todos los grados y dos mil soldados prisioneros, y por lo menos el doble de esa cantidad muertos, ante de que el ataque haya entrado en contacto con mis fuerzas principales.
Para evitar un mayor cerramiento de sangre y ofrecer a Vuestra Excelencia una prueba más de la generosidad española, os propongo no sólo devolveros todos los prisioneros en mi poder en estos momentos sino también los tomados a vuestro predecesor, el general Beresford, con la condición de que os rembarqueis con el resto de vuestro ejército, evacuéis Montevideo y la región del Río de la Plata y me deis seguridades sobre el cumplimiento de este contrato.
En el caso de que Vuestra Excelencia rechace la propuesta, no puedo garantizar la seguridad de vuestros hombres, habida cuenta de la ira que cunde entre mis tropas, aún más exasperadas debido a que tres de mis edecanes fueron heridos al presentarse en diferentes puntos en que se había izado una bandera de tregua. Es por este motivo que os envío esta carta por uno de vuestros oficiales, a la espera de una respuesta en el plazo de una hora.
Liniers.
Auchmuty recibe la carta a una última hora y recién, al día siguiente, podrá remitirle el borrador de la capitulación a su jefe, Whitelocke.

(Éste y otros posts sobre las invasiones inglesas pueden consultarse en: http://invasionesinglesas.blogspot.com)

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