14.8.07
alrededor de una escena
FICCIÓN
“Ficción” (la última película del siempre interesante director catalán Cesc Gay) es una película dispuesta en torno de una sola escena, brillante por la tensión dramática, aunque no se diga una sola palabra. Todo está ahí, en la escena del bar en que los dos protagonistas están a un paso de mirarse y darse un beso. Todo el universo montado hasta entonces, se precipita en ese momento supremo, en ese instante de coordinación cósmica. Y la resolución de esa escena, define todo lo que vino antes y lo que viene después.
Como experimento, la técnica de construcción es original. Y estéticamente arriesgada. Porque para llegar a ese momento supremo, el guión de Cesc Gay y Tomás Aragay transita por casi una hora de morosa subidas por montañas, cenas dónde poco se dice y mucho se insinúa, miradas y gestos. Quien logre pasar ese duro ejercicio de iniciación, logrará disfrutar con el esplendor de esa escena en la que se lucen los dos actores protagónicos, el muy bueno Eduard Fernández y la sugestiva Montsé German.
“Ficción” es la historia de lo que no fue. Es el viaje de Alex, cineasta, casado, con dos hijos, con una depresión existencial en ciernes, quien visita a su amigo Santi (el otro muy buen actor Javier Cámara), residente en una aparta región de los Pirineos Catalanes, con el fin de terminar de escribir el guión de su próxima película. No escribirá el guión (como era de esperarse) pero se enamorará de otra invitada, Mónica. Lentamente, casi en esa rutina de no hacer nada y compartir cosas, la relación de Alex y Mónica irá creciendo, hasta esa escena vital, frente a la barra de un bar, una tarde de lluvia, en la que los cuerpos esperan un mínimo roce para explotar, uno contra el otro.
¿Y si ese roce no llega nunca? ¿Y si el momento ha pasado y no se puede recuperar? ¿Y si el destino se escurre en un solo segundo y sólo queda el vacío de una oportunidad que nunca se repetirá? La mirada de Alex (la tremenda mirada de Eduard Fernández) retrata esa posibilidad con una tensión y una agonía soberbia. Esa escena y los momentos siguientes, dan brillo a una película que, hasta ahí, no parecía llegar a superar la mediocridad promedio. Eso es lo interesante de este filme, para los noveles guionistas: toda la eficacia del guión se concentra en un único golpe (una única escena) magistralmente interpretada.
Para nuestro gusto, la película debió terminar con la toma de Santi y Alex, tras la ventana, en medio de la noche, cuando Alex le regala un pulóver a Santi. Lo que resta, la búsqueda a la mañana siguiente, empaña un tanto la efectividad de la película.
No apta para todo público, con su aridez y su ejercicio de paciencia de butaca, “Ficción” nos convenció y nos hace prestar especial atención a lo nuevo que llegue de Cesc Gay, un director al que ya hemos alabado en “Krampack” y “En la ciudad”. Para seguirlo de cerca.
CONSEJO: sólo para seguidores de cine arte.
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