el cine y su música
© Jorge Luis Viera.
DURO DE MATAR 4.0
Marco Beltrami.
Sello: Varese Sarabande 302 066 824 2
Año: 2007
El mito del eterno retorno se ratifica en la cinematografía hollywoodense para recordarnos, una vez más, que nada se pierde sino que todo se transforma permanentemente… en lo mismo.
Con nuestras esperanzas quebradas, asistimos al regreso de personajes como Rocky Balboa o Superman sabiendo que estos films no terminan todavía con el revival, ya que los estudios amenazan con un cuarto film de Indiana Jones y otro más de Rambo, buscando abiertamente que los grandes éxitos taquilleros de la década del ochenta reditúen otra vez.
Así las cosas vuelve también el recordado Die Hard, título que indica la franquicia en la que el protagonista es John McClane (Bruce Willis), aquel policía duro de matar que siempre estaba en el lugar y el momento menos indicado, pero que terminaba resolviendo, no sin esfuerzo, la situación favorablemente.
Len Wiseman reemplaza en la dirección al siempre eficiente (pero no eficaz John McTiernan, para esta cuarta entrega cuyo título original es Life Free or Die Hard (frase panfletaria si las hay), pero que en Latinoamérica conoceremos saludablemente como Die hard 4.0; aquí Mc Clane enfrenta, como siempre, a otro grupo terrorista que quiere dominar al gran país del norte que no es Canadá. Aggiornardos para la ocasión, la trama propone la existencia de un enemigo interno que elige el 4 de Julio -día de la independencia estadounidense- para atacar controlando a través del sistema informático la seguridad, las comunicaciones, la economía y la infraestructura de todo el país, por lo que McClane deberá contar para combatirlos con la ayuda de un hacker, personaje que en realidad es un guiño hacia las nuevas generaciones de espectadores que crecieron conociendo en video y DVD al duro policía.
¿Y la música?. Mmm… Veamos … El compositor Marco Beltrami y el director Wiseman habían ya colaborado en la post-producción de la fallida Underworld: Evolution y, aunque esto pudiera no ser un buen augurio, Wiseman decidió arriesgar y contar con Beltrami para la banda sonora, aunque, debemos reconocer que al recurrir al autor de las extraordinarias Flight Of the Phoenix y Hellboy tenía mucho y bueno que esperar.
Como es lógico para los oídos de cualquier gustoso de los scores, resulta inevitable a la vez que imprescindible comparar el trabajo de Beltrami con el del gran Michael Kamen (desaparecido trágicamente años atrás) en los tres films anteriores. Indudablemente Kamen interpretó a la perfección desde su banda sonora la tensión tragicómica y maliciosa de la saga Die Hard tomando como punto de partida el hecho de que las dos primeras entregas transcurrían en Navidad.
A partir de ahí –el obvio contrasentido de un hecho de violencia acontecido precisamente durante la consabida Noche de Paz– el talento y la vis cómica del compositor neoyorkino se explayó por sobre la acción, apoyando de la mejor manera el tono del personaje interpretado por Willis.
Por su parte y comenzando por Out of Bullets, Beltrami continúa la inspiración original de Kamen utilizando su motivo de cuatro notas que caracteriza la saga. A partir de allí, la acción arrolladora toma su lugar para no desaparecer excepto sobre el final (Aftermath). Este estilo del score es saludablemente propio del compositor y no copia los esquemas oportunamente establecidos por el autor de The Krays.
Le siguen, como está dicho, una sucesión de temas vigorosos, en los que el compositor apela a diferentes estructuras rítmicas, utilizando sonidos mecanizados que parecen haberse convertido en un sello del autor. Sobre esta premisa, Beltrami construye una serie de motivos de acción que asemejan un caos orquestal acompañado de varias disonancias, como en Traffic Jam, Leaving The Apartment e It´s A Fire Sale.
En el film todo es posible para McClane: esquivar balas y salir ileso de un ataque con explosivos, destruir un helicóptero desde el cual le disparan misiles contraatacando con un automóvil, o manejar un camión en las alturas de una autopista bombardeada, derribando al mismo tiempo, al avión de guerra que lo ataca, situaciones que son apropiadamente acompañadas por el descollante estilo del compositor para los temas The F-35, Landing, Hurry Up! o el excelente Cold Cuts, quizá el mejor de todo el álbum.
Más allá de algunos supuestos “errores“, que esta banda sonora tiene y considerando los aciertos, que tampoco faltan, Marco Beltrami es un nombre obligado al hablar de buena música de cine en la actualidad y sólo por eso habrá que estar muy atentos a sus próximos pasos, los que siempre serán en pos de conseguir un mejor entretenimiento cinematográfico. De eso, podemos estar seguros.
(Éste y otros posts de Jorge Luis Viera pueden consultarse en http://elcineysumusica.blogspot.com)
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