20.11.07
lo pasado pisado
EL PASADO
Hace tiempo (pero mucho tiempo, ¿eh?) que no veo una película tan pero tan ridícula como este bodriazo con la firma (preparando el escrache) de Hector Babenco y Marta Goes adaptando la novela de Alan Pauls. (Nos quedamos con ganas de leer la novela, para saber si es tan mala o la dupla Babenco – Goes lo mandaron al muere a Alan Pauls). Hay una sola cosa rescatable del filme: que se desnudan las tres protagonistas (aunque la más linda, Moro Anghileri se deja la bombacha; ¡devolvé la plata de la entrada, Babenco!).
El tono general es de tilinguería; los personajes femeninos están pintados (sin excepción) como perturbadas mentales; al protagonista le resbala todo (Gael, querido, vos que eras nuestro ídolo por arrastrarle el ala a Dolores Fonzi haciendo que Natalie Portman se venga a estas pampas para perseguirte, ¿me querés decir qué te hizo agarrar esta piedra al cuello? Recapacitá, hermano, para apretarte a Ana Celentano en una escena, ¿valía la pena esto? Vamos…); es sumamente tediosa la repetición de la palabra “pija” en boca de cualquier personaje femenino; idem para “paja”; el Buenos Aires pseudoartístico decrépito urbano nos pone al borde del vómito; el nivel de actuación es de mediocre a malo, con todas sus gamas; los últimos diez minutos es lo más pavo que vimos en mucho pero mucho tiempo.
¿Saben lo que sorprende de este bodriazo, más allá de la firma prestigiosa de Héctor Babenco? Que la crítica argentina oficial le haya dado un “bueno” a este innombrable pastiche, en especial los muchachos de “La Nación” que, unas semanas atrás, pedían la cabeza de John Cameron Mitchell por “Shortbus”. ¿Qué coherente que es el periodismo en Argentina, no? Otra cosa que sorprende son los sponsors, prolijamente mencionados al principio del filme. Aunque últimamente eso no sorprende tanto, viendo las películas que se estrenan cada semana.
La frase, entre tantas del cúmulo de parlamentos ridículos, es ésta: “Hace mucho que no tengo una pija adentro. No sabés como tengo los ovarios. Tocame, mirá que caliente que estoy”. Por favor, please: dos dedos en la garganta, apretamos para bajo y… ¡puaaaaaaaaaaggggggggggg!
CONSEJO: recomendásela al enemigo. Ahora, ojo, que con una ronda de pizza y cerveza con amigos, puede darnos más de un buen momento divertido.
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