24.12.07
el lujo de la democracia
A LAS 5 DE LA TARDE
Película de la directora iraní Samira Makhamalbaf que llega bastante retrasadita a las pantallas locales (fecha en el orillo: 2003). Película menor con un par de apuntes interesantes y un claro mensaje político. Tiene esa sencillez para contar una historia entre las ruinas, marca registrada del cine iraní. Hay algunas observaciones muy arriesgadas para la directora, por cuestión de género y de origen, en especial cuando se destaca la sumisión de la mujer en el régimen fundamentalista talibán.
Ésta es la historia de Noqreh, una chica afgana, en tiempos de la invasión norteamericana al país. Entre ruinas, en el caos de los refugiados, Noqreh asiste a las escuelas femeninas, donde se forma el futuro Afganistán. Y entre cientos de chicas, ella ha proclamado que desea ser presidenta del país. Claro, debe ir a la escuela a escondidas de su padre, fundamentalista religioso, quien carga con su nuera y un bebé a cuestas, mientras espera la llegada de su hijo herido conduciendo un camión.
“A las 5 de la tarde” se divide en dos mitades. La primera, es la ilusión de Noqreh, en un país en ruinas, en saltar etapas y alcanzar las ilusiones “vendidas” por Occidente. Para esa chica, ser la presidenta de un país misógino es una cuestión de voluntad. Transita entre las escuelas musulmanas que repiten, una y otra vez, los estereotipos machistas del tipo “Dios hizo superior al hombre sobre la mujer” o “Si se rebela una mujer, pégale”.
La segunda parte de la película es el largo viaje de Noqreh y su padre, escapando de Kabul, vagando en el desierto, cargando con un bebé moribundo a cuestas. En ese segmento, Noqreh se dará de bruces con la realidad de su país misérrimo, de una sociedad que no superó la Edad Media y de un territorio devastado por las potencias occidentales y los intolerantes musulmanes.
En esa mitad final, la pretensión de Noqreh es una broma de mal gusto. Los ecos del poema de García Lorca (lo postearemos mañana), repetido por uno de los personajes, tiene una actualidad que asombra. La muerte es el denominador común, en España, en una plaza de toros o en las arenas eternas de Afganistán. La muerte que rodea a todos, que acompaña, paso a paso, a los personajes. La democracia y la fe en el futuro, la no discriminación de género, la libertad y la igualdad, son clichés que no tienen ningún sentido, en una nación que no puede alimentar a su gente.
La marcha hacia Kandahar es el fin del sueño de Noqreh y de la película. Hay condiciones previas para crear una sociedad democrática: salir de la miseria es una de ellas. Esa es la tesis del filme de Samira Makhamalbaf.
Un apunte: la evolución del personaje del padre de Noqreh. En un principio, nos parece el viejito pesado fanático religioso que no deja a nadie tranquilo. Cuando la película avanza, reconocemos detrás de ese perfil (que no abandona, claro), los mismos miedos, dolores, sufrimientos que iguala a todos los hombres del mundo. El entierro de su nieto, la preparación de la fogata para calentar el cuerpito del bebé exánime, el ocultamiento de la muerte de su hijo para que su nuera no sufra la noticia, todos esos momentos le dan al anciano una dimensión humana apartada de sus supersticiones mentales. Al fin y al cabo, no tiene mucha importancia lo que pensemos: termina definiendo lo que sentimos.
Con acierto y errores (más de los primeros que de los segundos), “A las 5 de la tarde” no es una película para dejar pasar, sobre todo para los seguidores del cine arte.
Escenas destacadas: el entierro del nieto; el discurso sobre si una mujer puede ser presidente de Afganistán; las peleas del papá de Noqreh con su vecino que pone la música fuerte; el diálogo de Noqreh con el soldado francés, con su amigo poeta como traductor.
Frases:
¡Ah, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
¡Oh Dios, perdona mis pecados! Dile a los hombres piadosos que cierren sus ojos a las mujeres y que controlen su lujuria...
¿Quién quiere ser el próximo presidente de Afganistán?
¿Cómo puede una mujer afgana con burka con un niño, convertirse en presidente? ¿Has visto a una mujer sin hijos? ¡El pueblo no escogerá a una mujer para presidente!
Nosotros somos musulmanes. Una muchacha musulmana no podrá nunca erguirse y proclamarse presidente. ¿Has visto alguna vez a una mujer musulmana como presidente?
Los hombres son los guardianes de las mujeres porque Dios creó a algunos superiores a otros.
Estoy temblando de frío pero tú estás en un cuarto cálido. Tus cinco oraciones diarias son todas mentiras.
¡Mira a las mujeres sin velo! El mundo se ha vuelto profano. Eres un animal. No conoces la diferencia entre la fe y lo profano. Tú única necesidad es comer heno. Voy a conseguir heno. Yo también estoy cansado de todo. ¿Cómo terminaremos?
-¿Qué fue lo que dijo tu presidente para que lo eligieran como presidente?
-No lo sé.
-Dice que no lo sabe.
-No lo sabe.
-Bueno, entonces pregúntale por qué la gente votó por él.
-¿Entonces por qué votaron por él?
-No podría decirlo, sólo soy un soldado. No me involucro en política.
-¿Qué está diciendo?
-Es un soldado y no quiere responder, pero yo conozco la historia. A la gente no le gustaba el rival de Chirac así que no tuvieron elección.
-Perdón ¿por qué estás aquí?
-¿Yo? Por ustedes. ¿Por qué están aquí ustedes?
-¿Yo? Por ella. Ella será la próxima presidente de Afganistán.
Ese es nuestro problema de siempre. Nadie ocupa el puesto correcto.
Es bueno que las mujeres den a luz a los hombres. De otro modo usted diría que somos incapaces de eso también.
Toda la ciudad es blasfema. Las mujeres transitan por las calles sin el velo.
El bebé no llora porque está dormido.
No cualquiera que sueñe profundamente está muerto. Yo digo que ella no está muerta. En algún momento se despertará.
-Kabul es blasfema. Como si -¡Dios no lo permita!- Dios estuviera muerto. La rabia de Dios ha descendido. Kabul está cerca de ser devorada y todas las personas enterradas a la vez.
-Dios no muere. Dios no muere. Las mulas mueren, los bueyes mueren, los mares se secan, los mares se mueren.
¡Oh Dios! Te regreso lo que me prestaste.
CONSEJO: esperar al DVD.
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