23.2.08

maximizando el coeficiente zapruder

Photobucket
CLOVERFIELD

El 22 de noviembre de 1963, en Dallas, mataron a un presidente. Al costado de la calle, con su cámara Super 8, el sastre Abraham Zapruder registró el magnicidio. En el fotograma 313, vemos morir a John Fitzgerald Kennedy. La película dio la vuelta al mundo y se ha transformado en una de las imágenes del Siglo XX. Dos cineastas, Mike Waldleigh y Martin Scorsese acuñaron el término “Coeficiente Zapruder”, la relación directamente proporcional entre el grado de amateurismo del filme y su impacto documental. En palabras del propio Waldleigh: “si hay un muy alto coeficiente de amateurismo en términos de técnica, pero el contenido es soberbio, lo filmado es absolutamente impactante, eso es un 100% en la curva Zapruder”. Mañana postearemos la película y algunos links de interés sobre el tema. Pero el concepto es fundamental para entender la dinámica de “Cloverfield”, la película producida por J. J. Abrams, productor de “Lost”, el verdadero cerebro detrás de este filme dirigido por Matt Reeves.

Photobucket

Argumentalmente “Cloverfield” no se diferencia de las tantas películas de catástrofes y héroes que rescatan damas en medio del caos, que pueblan el género de terror y suspenso. ¿Cuál es el hallazgo de “Cloverfield”? El punto de vista. La película se cuenta, en su totalidad, a partir de una cámara portátil puesta para registrar una fiesta de despedida pero que termina siendo testigo de la invasión de un monstruo que destruye Nueva York. Sólo con eso, cambiar desde dónde se mira, agrega un valor agregado supremo a la trama que, de otro modo, no dejaría de ser convencional. El hallazgo de J. J. Abrams es maximizar el Coeficiente Zapruder para conmovernos. Los que estamos sentados en la butaca asistimos a la película con la angustia y la opresión con la que se sigue un noticiero. Eso pese a que sabemos que entramos a esa sala, previa compra de una entrada, para ver una ficción. Sin embargo, la puesta en escena de “Cloverfield” contribuye de modo decisivo a la suspensión de la incredulidad que nos exige cualquier ficción. Por momentos corremos, junto a los protagonistas, en medio de las calles neoyorquinas, perseguidos por el monstruo épico.

Photobucket

Detrás de los “homenajes” al cine de terror que se adivinan en “Cloverfield” (desde el Godzilla que se evoca en el viaje del protagonista a Japón), hay una estética 9/11 de terror urbano, afín a la pulsión norteamericana de fantasear con la destrucción de su entorno y sin embargo, persistir. El símbolo de la cabeza de la Estatua de la Libertad yaciendo en medio de la calle, es un icono del Apocalipsis del Imperio Americano. Habrá que analizar, alguna vez, con más detalle, la evocación añorada del fin que posee el imaginario estadounidense (tal vez, deba rastrearse en los inicios de una sociedad que se arma y rearma, una y otra vez, con cada oleada migratoria). En charla de café con un amigo, recordábamos el ejemplo azteca, una civilización que tenía en su cosmogonía el fin del mundo muy cerca (en el transcurso de una generación) y que vivía obsesionado con el equilibrio del universo mediante tributos de sangre. Sería interesante indagar más en la necesidad de esas sociedades de expandirse para dejar una marca en la historia.

Photobucket

“Cloverfield” nos regala, además, un par de apuntes interesantes sobre la imagen y la necesidad de ver la realidad televisada para que sea “real”. En algún momento del filme, los protagonistas se meten en una casa de electrodomésticos, mientras atrás, por las vidrieras, pasan los pies de la bestia arrasando a todos en la calle. La gente, dentro del local, mira las pantallas televisivas para saber que pasa. La realidad está al lado de ellos, sólo tienen que salir a calle para saber lo que sucede. Pero en estas épocas de sobreinformación, sólo existe la realidad si es televisada, si es explicada por alguien en un medio de comunicación.

Photobucket

En la exacerbación del modelo, algunos graban con sus celulares o sus cámaras, las imágenes de la televisión. Otra escena apunta a lo mismo: los tipos que se acercan a ver la cabeza de la Estatua de la Libertad tirada en la calle pero no la observan directamente, sino en la imagen que genera su celular o filmadora. Nótese la diferencia: no vemos la imagen de la estatua, sino la imagen de la imagen de la estatua. Hay un nivel de intermediación visual que no es un dato menor.

Photobucket

La esclavitud por la imagen es tal que, en algún momento del filme, perseguidos por el monstruo, el protagonista le dice a un personaje que no deje de filmar, que no tire la cámara. La cámara no se cae por un imperativo estructural del filme. Pero, dramáticamente, la cámara no se cae porque sólo existe aquello que se filma y dejar caer la cámara es, para ese grupo de sobrevivientes, morir.

Esas son las ideas que sobrevuelan en lo que puede ser otra película de terror. No es poco para un género que se reduce a poco más que entretenimiento. Desde lo técnico y lo conceptual, “Cloverfield” es un gran filme que no puede pasar desapercibido.

Photobucket

Escenas destacadas: la caída de la cabeza de la Estatua de la Libertad; el encendido de la función de visión nocturna de la cámara, en el túnel del subte; la explosión inicial en la ciudad; la muerte de Marlena; el monstruo mirando a la cámara.

Frases:

La cámara grabó un incidente en el sitio "US-447", área anteriormente conocida como "Central Park".

Sólo tomas la cámara y vas con la gente deseando buena suerte.

Los momentos son todo es lo que quiero decirte. Aferrate a las personas que más quieres.

Photobucket

¡Dios! ¿Qué fue eso? ¿Qué fue eso?

Lo tengo grabado. Déjenme regresarlo.

¿Lo vieron? No sé que era, pero era gigantesco.

Photobucket

Sólo para aclararlo, nuestras opciones son: morir aquí, morir en los túneles o morir en la calle.

-¿Saben qué es?
-Lo que sea, nos está ganando.

Photobucket

-No tienes idea de lo que hay afuera.
-No me importa, ella está muriendo.

Hace aproximadamente 7 horas, algo atacó la ciudad. No sé que es. Si encontraron esta cinta... si la están viendo, entonces probablemente sepan más... Lo que sea, mató a mi hermano, Jason Hawkins. Mató a mi mejor amigo. Lo que sea, ha matado a muchos otros.

Photobucket

OK, digamos algo. Tenemos que decirlo. Tuve un buen día.

CONSEJO: ir a verla.

No hay comentarios.: