19.9.08
la escena del final
CUATRO MINUTOS
“Cuatro minutos” (el título del filme) es la última frase de la película. La escena que sigue a continuación es el gran remate para una historia opresiva, agobiante, oscura. Hay una historia de maestro y discípulo y de discípulo que enseña al maestro. Hay una historia de ser uno mismo y de escapar volando; no mimetizándose. “Cuatro minutos”, la obra escrita y dirigida por Chris Kraus, es el nuevo éxito del cine alemán y una de las películas interesantes que deambulan por la cartelera local.
La historia es el contrapunto de dos personajes: Traude Krüger, una estricta maestra de piano, que da clases a las reclusas de una cárcel, y Jenny von Loeben, una presa, homicida, que se empecina en estropear todas las posibilidades. Ambas cargan con su pasado. Ambas carecen de futuro, por las heridas de su pasado. Y ambas, a su pesar, se asocian para superarse.
Hay en Traude una resignación que opera como expiación. Hay en Jenny una rebeldía que es la puerta de escape a la liberación. Poder salir es una parte de la historia; la otra es salir tal como se es, que es otra cosa.
Austera, con una fotografía oscura, “Cuatro minutos” nos sumerge en un clima claustrofóbico dado por el ambiente carcelario, proyección de los muros que encierran las vidas de las protagonistas. Entorno degradado, anticuado, oxidado, clave para intuir que las protagonistas se están gastando la última chance del destino. En esta condición, la elección final de Jenny es un acto de suprema valentía.
Notable actuación de Mónica Bleibtreu (como Traude) y Hannah Herzsprung (como Jenny), sostenes fundamentales para el despliegue de esta historia.
Escenas destacadas: la escena final; la escena del baile entre Jenny y Traude; el pedido de perdón de Jenny al guardia; la “revelación” de Trade, a Jenny, antes del concierto final.
Las mejores frases, mañana.
CONSEJO: se puede esperar al DVD. Pero agende.
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