…se trata de un artesano que enrolla a mano una barra de tinta que se utiliza para escribir, la imagen se encapsularía en sí misma, sin mayor relieve. Pero sucede que en este caso la tarea está ligada a la palabra de un modo excepcional que es bueno divulgar. Es tal la unción con que los japoneses abordan la escritura que en una fábrica de Nara, ciudad amada por Borges, siguen fabricando la tinta según técnica milenaria. La llaman s umi, que significa barra de tinta sólida, y se utiliza en escritos especiales y en la pintura monocroma japonesa. El sumi se obtiene de amasar hollín de pino y aceite de otras plantas con pegamento hecho a base de huesos de animales. A lo que resulta añaden perfume, lo funden en un molde de madera y lo dejan secar en cenizas durante meses. El sumi, como el vino, mejora con el tiempo, y de cuánto descanse dependerá el tamaño de la barra. Las pequeñas tardan tres meses en cuajar. Dadas las condiciones del pegamento, los operarios sólo fabrican estas barras durante los meses de frío. De ellas saldrá una tinta muy valorada por quienes sienten que manuscribir o pintar no es un acto más, sino una ceremonia del espíritu.
Ultima página / Mil palabrasHay que ser japonés
lanacion.com | Espectáculos | Martes 4 de noviembre de 2008
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