3.4.09
hay comedias y comedias
MÚSICA EN ESPERA / SIMPLEMENTE NO TE QUIERE
La comedia es uno de los géneros más difíciles para escribir. Un buen guión de comedia no se ve; la historia parece fluir naturalmente, pero detrás está oculto el mecanismo de relojería que sostiene la carcajada. No hay recetas infalibles, como no hay un criterio mágico para elegir un elenco; hasta el mejor guión fracasa si sus intérpretes no son los correctos. (Eso de “es más fácil ser un actor dramático que cómico2, es una verdad a puños).
Lo desafío: dígame de memoria, sin repetir y sin soplar, 10 películas dramáticas que considere memorables. OK. Haga lo mismo, ahora, con 10 comedias. Es más complicado. Esto es porque no hay tantas buenas comedias. Y se explica por lo que dijimos al principio: no es tan sencillo escribirlas ni actuarlas.
“Música en espera” y “Simplemente no te quiere” son dos comedias no del todo logradas. Más allá de las posibilidades económicas de ambas propuestas (Argentina vs. Hollywood) hay una diferencia de propósitos. En “Música de espera” se adivina la desprolijidad característica de los libros locales; más aún, hasta uno aventura cierta premura para lanzar un producto que aproveche la moda de las comedias románticas argentinas que ganaron el favor del público a partir de “Un novio para mi mujer”. En “Simplemente no te quiere”, en cambio, más allá del resultado, se observa el propósito de hacer una comedia y contarnos una historia. Por eso, “Simplemente…” es muy superior a “Música…”, porque sus objetivos son distintos.
¿Cómo nos damos cuenta de este objetivo? Elijo una trama del guión de “Música en espera” que habla a las claras de estos objetivos. Recordemos, el centro argumental de la película está constituido por las peripecias de Paula, gerenta de un banco, embarazada, madre soltera, que hace pasar por novio a Ezequiel, un tipo que pasó por su oficina buscando una música para una banda de sonido que está escribiendo, para presentarle a su madre recién caída de España. Si ése es el conflicto principal de la comedia, ¿cómo se explica la secuencia en la que la pareja va a robar el depósito de un servicio técnico telefónico para descubrir la central telefónica que tiene la música buscada?
Ahí hay un punto central: Patricio Vega y Julieta Steinberg, guionistas de “Música en espera”, se dejaron seducir por la anécdota de la búsqueda de la música para la película, como tema central de la interacción de sus protagonistas. Ése no era el tema. El tema era la relación entre Paula y Ezequiel y los jaques de la señora madre de Paula que demuele toda la autoestima de su hija. No darse cuenta que ésa era la historia a contar, es un error. La elección del tema habla a las claras de la calidad del guión.
“Solamente no te quiere”, con menor o mayor fortuna, con una pluralidad de historias no todas trascendentes, nunca olvida que el tema central de sus personajes es cómo interactúan románticamente y cómo cuando un hombre no te pasa bola, no es por otro motivo más que porqué no está enamorado de vos. Por eso, en la comparación, “Solamente…” (aún con sus baches) sale ganando.
Si en el guión la producción nacional renguea, más aún cuando comparamos elencos. Natalia Oreiro (hermosa, aguanta cualquier plano) es nula en el nivel actoral; Norma Aleandro está en su habitual sobreactuación; Diego Peretti trata de ponerse la película al hombro y, a veces, logra mantenerla a flote.
“Solamente…” tiene un combinado de lujo, con dos actrices que incentivan la crianza de ratones: Scarlett Johansson (la ropa interior será roja o no será) y Jennifer Connelly (¿qué se hizo en la cara? No transmite una emoción). Muy poquito de Drew Barrymore y Ben Affleck, demasiado de Jennifer Aniston. Ginnifer Goodwin se roba la película.
En suma, dos maneras de hacer comedia que es, también, dos modos de hacer cine: allá y acá.
CONSEJO: esperar al DVD, pero priorice “Solamente…”.
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