11.10.11

¡que alguien haga algo!

Aullido.

Puta… ¿qué hora es?

¡Ocho de la mañana de un domingo!

Por Dios, ese perro sigue aullando…

No le des bola. Date vuelta en la cama y hacé como que no aúlla.

Mierda.

Sigue aullando.

Las ocho y diez.

Alguien que calle ese perro. ¡Dejame dormir que es domingo! ¡Ni los evangelistas joden tan temprano!

Mierda. Sigue aullando.

¡Que alguien haga algo, por favor!

Ya está, me cagó el domingo. Me levanto. Me despabiló. No hay manera de agarrar el sueño de nuevo.

Perro de mierda.

Salgo al balcón, a ver quién es el hijo de puta que tiene ese perro y no lo hace callar.

¡Ah, pobrecito, está tirado en la calle! Debe estar muriéndose.

Sí, sí. Pobre animal. Miralo. Se da vuelta para un lado y para el otro. Panza arriba. Aprovecha el lado de sol.

Pobre.

Feo, ¿eh? Fea forma de morir.

Sí. Cierro la cortina. Mejor no ver eso.

Y nadie hace nada. Si hubiera alguien que haga algo… Pero…

Me preparo un café y me como unas tostadas con manteca. Mejor no verlo agonizar.

Puta. Sigue aullando. Se me atragantó el desayuno, perro de mierda.

Voy a salir al balcón de vuelta.

Sí. Sigue ahí.

Mirá… pasa mi vecina.

La boluda está mirando de dónde viene el aullido. No ve un catzo, esta vieja, cualquier día se incrusta en un coche…

¡Ahí, Doña Pepa! Sí, allá, en la puerta de la casa de la Tana. Y no sé… se debe estar muriendo. Por como aúlla, digo... Sí, hace un rato largo… No, no es de acá… no lo conozco… debe estar perdido… Sí, seguro que lo agarró un auto… Mire cómo aúlla, pobrecito… Y sí. ¡Qué se le va a hacer! Bueno, bueno… nos vemos… suerte… sí, ‘ta luego…

Vieja de mierda. Cualquier día te vas a cruzar a ver qué le pasa al pobre perro.

Nadie hace nada…

Y sí. Tendría que cruzarme y ver… Si no soy yo, nadie se mueve en este barrio. Ma’ sí, me pongo la campera y salgo…

No. Mejor no. Total, por como aúlla ya está… le queda poco… Es al pedo ir.

Además, en una de esas me cruzo y me pega un mordisco. Termino en el Pasteur, dándome la antirrábica… Lindo manera pasar el domingo…

No, mejor me quedo.

Aunque con esa cara, pobrecito, no me va a morder… si está pidiendo que lo ayuden… es un angelito en cuatro patas…

No hay piedad. ¡Qué mundo de mierda!

Mejor bajo la cortina y pongo la tele.

Tengo que llevarlo al veterinario, un domingo, es un garrón encontrar a uno. Y te sacan un ojo de la cara. Total para qué… si ya está…

Está perdiendo la Juventus… No juegan a nada estos tanos. Le pegan de punta y para arriba… Es un bodrio este partido…

Parece que no aúlla más. A ver… bajo el volumen…

No. No aúlla.

Se murió.

Seguro que se murió.

Pobre animal.

Voy a mirar…

Ahí empezó de nuevo.

Perro de mierda. Más fuerte que antes.

¡Ah, salió la Tana! Con un plato de leche y un poco de carne.

No te lo va a agarrar, Tana, si se está muriendo ese perro…

¡Uy! ¡Miralo cómo morfa! ¡Hijo de puta! Tenía hambre. No se está muriendo. Come a cien por horas…

Bueno, por lo menos alguien hizo algo… ahora es posible que deje de joder…

Bien, Tana, bien… estuviste piola.

No.

Sigue aullando.

Me tiene podrido.

Debe está perdido… por eso aúlla.

Ya van para tres horas aullando así… ¿Qué carajo querés que hagamos? ¡Que alguien haga algo por Dios con ese perro! Se va a pasar todo el día rompiendo las pelotas…

Bajo la cortina y pongo la televisión fuerte.

Morite. Si querés morir, morite. A mí como si nada…

¿Podés creer que todavía se lo sigue escuchando? ¡Mierda se va a morir! ¡Tiene más energías que un cachorro! Y ahora que comió quiere más… ¡Qué pelotuda, Tana! Ahora la cagaste. Le probó el gusto a la leche, no te va a dejar tranquila. Fuiste. Forra… ¡para qué le diste de comer!

¡Uy, paró! ¿Qué pasó? Salgo…

El Coco.

Mirá como le mueve la cola…

Ese perro está mejor que vos y que yo, Coco.

Hacé algo, Coco… Hacé algo…

“¡Cucha, cucha! ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera bicho! ¡Oooooo!”

Silencio.

Listo. Piantó…

Bien, Coco.

Ya está.

No jode más.

Era hora que alguien hiciera algo…

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