18.3.15

pérez-reverte en modo reportaje

la nación

Los reportajes a Arturo Pérez-Reverte son un lugar común de esta página. Acá, una entrevista hecha por el diario “La Nación” de la que seleccionamos muy buenas definiciones del escritor español.
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Siempre hay hombres buenos en los peores momentos. Yo suelo referirme a la poca fe que tengo en el ser humano. Pero esta novela es muy optimista. Quería que el lector terminase sonriendo: que pensara que a pesar de todo son posibles el diálogo, la lealtad, la solidaridad entre gentes que no comparten la misma ideología, como ocurre con los dos protagonistas principales. Nuestro problema, e incluyo por supuesto a América latina, es que queremos al enemigo vencido, exterminado. ¡Al paredón! Ese afán por silenciar, por exterminar, por callar, por desterrar, porque desaparezca el diálogo con el contrario, es muy hispano.

La única certeza que tengo es que sin cultura estamos perdidos. Sin pueblos educados que sean capaces de debatir y de escuchar al otro no vamos a ninguna parte. No hemos hecho el esfuerzo de formar generaciones de ciudadanos cultos. Siempre estaban atrás el gran dinero, el gran poder, la Iglesia. En España los últimos gobiernos se están cargando la cultura. Y mira Argentina, mira Venezuela… Cuando no tienes mecanismos culturales de defensa estás desnudo; llega el demagogo de turno -no pongas nombres, quien sea- y te lleva al huerto. Al demagogo no le interesa educar. A los analfabetos, cuanto más fútbol televisado les des, más atrapados los vas a tener. La cultura es el único antídoto contra la barbarie.

La palabra tolerancia es equívoca. Cualquier persona tiene el derecho a expresar públicamente una gilipollez y yo tengo el derecho a decir que eso es una gilipollez. La tolerancia no significa decir que todos son buenos. Significa escuchar lo que todos tienen para decir y discutirlo. Un pueblo inteligente escucha y luego juzga. Pero no hay que confundir tolerancia con cobardía. Si un imán está en una mezquita diciendo que a las mujeres hay que pegarles si salen a la calle sin velo, no es “tolerante” quien lo oye sin intervenir. Es cobarde.

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El honor es una palabra tan manipulada que hay que desconfiar. Cuando un político jura por su honor, prepárate. El honor puedes fingirlo, la dignidad no. Con mis personajes intento enaltecer el sentido de la dignidad moral de las personas, que no tiene que ver con la ideología. La dignidad puede ser de izquierda o de derecha.

La única bandera en la que creo es el Quijote. Hay muchas patrias y muchas banderas, que tantas veces están manipuladas por los canallas. Pero hay una patria que no falla, que es la lengua. Nosotros tenemos una patria común, que se llama castellano o español, y una bandera, que es el Quijote. Piensa en todo lo que pasó, las guerras de independencia, tanta sangre y tanto odio. Y sin embargo hubo hombres buenos aquí y allí que consiguieron que sigamos entendiéndonos con las mismas reglas. Cuando agitas el Quijote en alto y dices “en un lugar de la Mancha” o recitas “muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía” entonces, sí, me emociono.

Reportaje de MARTÍN RODRÍGUEZ YEBRA a ARTURO PÉREZ-REVERTE
“Arturo Pérez-Reverte: ‘La cultura es el antídoto contra la barbarie’"
(la nación, 16.03.15)

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