18.5.15

el manco de teodolina

historias deportivas

(…)

En un stand perdido veo La leyenda del Manco de Teodelina, un libro escrito en 2003 por Raymundo Goyanes. El domingo se cumplieron diez años de la muerte del pelotari Oscar Messina, "el Manco de Teodelina", por su ciudad de origen y por un sobrehueso que se le había formado en el brazo izquierdo debido a una fractura mal curada. Hijo mayor de una familia pobre, sin un riñón y sin una costilla por una tuberculosis que sufrió de pibe, el Manco fue rey en pueblos de Hunguelén, Pigüé, Bahía Blanca, Tornquist, Coronel Pringles, Lamadrid, Ingeniero White y Punta Alta, entre otros. Al Cabezón Papaolo, invicto de Colón, lo dejó iniciar ganando 11-1. Había ochocientas personas. Crecieron las apuestas. Terminó ganando 30-23. Se llevó 3800 pesos. "Al pedo yo no juego", decía". Iba a pueblos donde no lo conocían. "¿Alguien juega mano a mano?", irrumpía en el boliche. Nunca mostraba todo. Quería que el derrotado le diera revancha. Otras veces jugaba con un solo brazo. O jugaba sólo con la derecha. Cuando la apuesta crecía, pasaba a la mano izquierda. Llegó a ganarles él solo a tres. Y a vencer a los mejores, campeones mundiales incluidos, a veces, con ocho medidas de whisky encima. Indisciplinado, furioso por una sanción, disparó alguna vez su Colt Calibre 32 largo. El Manco quedó afuera de selecciones olímpicas y mundiales y fue suspendido por 99 años. "¡Qué significado tiene suspenderme tantos años! Más que no poder jugar campeonatos oficiales -se enojó ante las autoridades- lo que me preocupa es que me hayan confundido con un elefante."

EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES
“Entre libros”
(la nación, 13.05.15)

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