2.8.16

chistes de los viejos pero en serio

Surfeando por la red, nos detuvimos en un post de “Historias de la Historia”, el muy buen blog de Javier Sanz (http://historiasdelahistoria.com). Uno de sus posts, es una recopilación de chistes de la antigüedad grecorromana. No pudimos la tentación de reproducir algunos para ver de qué se reían nuestros lejanos antepasados.
Un adivino le dijo a un hombre: “Eres incapaz de tener hijos”. Cuando el hombre contestó que tenía 7, el vidente respondió: “Ah, ¿si? Fíjate bien en ellos”

Un madre llevó a su hijo enfermo a un vidente. Le leyó el futuro y le dijo que no se preocupase que tenía muchos años por delante, y le pidió que le pagase sus honorarios. Cuando la madre dijo, “mañana se los pagaré”, el vidente, contrariado, respondió: “Pero, ¿y si el niño muere durante la noche y pierdo mis honorarios?”

Un misógino asiste al entierro de su mujer. Alguien le pregunta: “¿Quién descansa aquí?” El viudo responde: “¡Yo, ahora que me he librado de ella!”

Un abderita se acuesta con su abuela, es sorprendido por su padre y recibe una paliza. El abderita, entre sollozos, se queja: “¡Tú te has acostado con mi madre muchas veces y yo no digo nada! ¿Por qué me pegas por acostarme una sola vez con la tuya?”

Un abderita vió a un eunuco hablando con una mujer y le preguntó si era su esposa. El eunuco contestó que era un eunuco, y por tanto no tenía mujer. El abderite preguntó: “Ah, entonces, ¿es tu hija?”

Un amigo le dijo a un filósofo: “¡Felicidades! He oído que tu mujer acaba de tener un hijo”. El filósofo, con cara de pocos amigos, le contestó: “Si, gracias a amigos como tú”.

Un erudito compró unos pantalones, pero no podía ponérselos porque le iban muy apretados. Así que se depiló las piernas.

Un hombre en el médico: “Doctor, cuando me levanto estoy mareado, pero media hora después ya estoy bien”. El doctor le recomienda: “Pues levántese media hora más tarde”.

Un hombre pregunta a su mujer libidinosa: “¿Qué hacemos, cariño? ¿Comer o fornicar?”. A lo que su mujer contestó: “Lo que quieras, pero no tenemos ni una miga de pan”.

Un hombre joven atendía a una mujer y le dijo a sus dos esclavos: “Que uno le traiga una bebida a la señorita y el otro le haga el amor”. La mujer respondió: “No tengo sed”

Un hombre lleva el cuerpo de su padre muerto a los embalsamadores egipcios en Alejandría. Cuando va a recuperarlo, el embalsamador, que tiene varios cuerpos, le pregunta si su padre tenía señales particulares que lo identifiquen. “Una tos fuerte”, responde el hijo.

fuente: http://historiasdelahistoria.com/2016/07/13/se-reian-grecia-roma-recopilatorio-chistes-la-antiguedad

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