Su rostro sonriente y su mirada burlona, que se posa sobra cuerpos desnudos y encapuchados, dio la vuelta al mundo: Lynndie England, una joven soldado de 21 años, está en el centro del escándalo por los abusos de prisioneros iraquíes por parte de militares estadounidenses.
El diario The Washington Post publicó ayer en su portada una nueva foto en la que England sostiene una larga correa en la mano, que del otro lado acaba alrededor del cuello de un prisionero iraquí maniatado y sin ropa, que parece retorcerse en el suelo. Ella lo mira, sin expresión.
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En todas estas fotografías, la PFC (soldado de primera clase, por su sigla en inglés), England es la más visible de los soldados estadounidenses.
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La mujer se llamó a silencio, pero sus padres la defienden. "Es sólo porque ella estaba allá cuando se tomaron las fotos", justificó su madre, Terrie England, a The New York Times.
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Encargada de tareas administrativas en la prisión, Lynndie England frecuentaba las celdas para ver a su novio, Charles Graner, un soldado estadounidense también involucrado en los escándalos por torturas.
Lynndie regresó a Estados Unidos porque quedó embarazada, según el ejército. Desde su base de Carolina del Norte, la soldado fue interrogada por investigadores militares, pero hasta el momento no se presentaron cargos en su contra.
(la nación, 07.05.04)
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