30.5.05
fenómeno de masas
LA GUERRA DE LAS GALAXIAS
EPISODIO III: LA VENGANZA DE LOS SITH
Cuando promediaba el "Episodio III", pegué un salto en el tiempo y me encontré, ya no en la butaca de la sala 5 del Hoyts Abasto, un martes a la noche, víspera de 25 de mayo, si no en una tarde de un verano de 1978, en las duras butacas del extinto cine Lope de Vega (en la calle homónima y Álvarez Jonte, en el barrio de Villa Devoto; hoy un coqueto Coto). Tenía entonces casi 12 años, Videla presidente de facto, estábamos por ser, por primera vez, los campeones del mundo en fútbol y yo estaba por terminar 7° grado para entrar al secundario.
Seis películas y casi treinta años después, nos enteramos de cómo empezó todo, de cómo cayó la República y como ascendió el Imperio, apretando a esa galaxia tan, tan lejana, con el puño de hierro del lado oscuro de la Fuerza.
¿Por qué empiezo con este recuerdo? Para entender que cualquier crítica de "La guerra de las galaxias" no puede dejar de lado que esta historia se ha convertido en un fenómeno de masas, que reconvirtió la industria del cine y que desencadenó esta catarata de grandes tanques con efectos especiales de presupuestos multimillonarios.
Este "Episodio III" raya a gran altura, pero no porque tenga un guión brillante, actuaciones superlativas o un diseño visual cautivante. No. Nada de eso. No se destaca especialmente en ningún rubro. Desde el guión, es una sucesión de escenas con la estética fatigante del videojuego. Salvo Ewan McGregor (que puede alardear, como elogio supremo, que logra proyectar la imagen de Alec Guiness de la primera historia), ninguno de los actores nos da la actuación de su vida. Y aún los efectos especiales, pese al desborde técnico, no logran tener la estética de "El Señor de los Anillos" o "X-Men", por dar dos ejemplos citados al azar.
¿Entonces, por qué funciona? Porque nos tira a la cara todo ese puñado de recuerdos desperdigados en casi tres décadas de vida; porque las bajadas de línea a la realidad política internacional actual, nos hace sentir que nos toca vivir los años del Imperio; porque cuando Darth Vader se calza su máscara, sentimos que la historia nos está mirando y, más aún, lo que nos hace erizar los pelos de la nuca es que fuimos parte de esa historia, de ese gran cuento de caballeros andantes.
El final de la saga galáctica es la sensación del pariente perdido, la conciencia de una adultez irreversible, la pérdida de la inocencia, la nostalgia por una época irrecuperable.
Todas esas sensaciones juntas significó el estreno de este último capítulo de "La Guerra de las Galaxias", un icono pop de una generación que le ha tocado lidiar con Malvinas, la hiperinflación, el Menemato, la crisis del 2001 y la globalización salvaje.
Si vos también te colgaste de la cuerda que sostuvo a Luke Skywalker y la Princesa Leia, pendiendo del abismo, dándole fuerzas para llegar al otro lado, allá, en 1978, ahora te vas a dar cuenta que ya no estás ni para una vuelta carnero, que lo único que queda es resistir. Resistir y pasar la posta; paciencia y esperar que la próxima generación rescate el sueño de la República y la Democracia, débil luz que brilla en escasos, pero decisivos, corazones Jedi.
Valor. Es así.
Y que la Fuerza te acompañe.
CONSEJO: ¿cómo te la vas a perder?
p.d.: Escenas: el asalto al Templo de los Jedi; el nombramiento del Emperador en el Senado; la lucha final entre Obi-Wan Kenobi y Anakin; la transformación de Anakin en Darth Vader; la escena en el balcón en el que Padmé llora, ante un Anakin pensativo, a punto de pasarse al lado oscuro. (Tomen nota de esa escena: no hay fuegos artificiales, naves que explotan, duelos a espadas, ni gente cayendo de las alturas; simplemente, dos personajes en silencio, uno a punto de dar un paso irreversible; el otro presintiendo que lo perderá en esa decisión; esa es la escena más emotiva de la película y no hay diálogo, ni acción, en el sentido clásico. Si burbujea de tensión dramática y por eso funciona).
Frases: “Lord Vader, ¿puede escucharme?”, “Sí, mi maestro. ¿Dónde está Padmé? ¿Está a salvo? ¿Está bien?”; “El joven que entrenaste se ha ido. Consumido por Darth Vader”; “Tú eres una buena persona, ¿no es así?”; “¡Ejecute el Plan 66!”; “Nos transformaremos en el primer Imperio Galáctico para la seguridad y protección de la sociedad” (ESTRUENDOSO APLAUSO DEL SENADO) “Así es como la Libertad termina… en medio de un aplauso abrumador”; “¿Qué si la democracia que nosotros pensamos que servimos no existe más, y la República se ha convertido en el Mal contre el que hemos estado luchando para destruirlo?”; “No le temo al lado oscuro como tú. Mi Nuevo Imperio traerá Paz, Justicia, Libertad y Seguridad”; “Recuerda tus primeras lecciones, Anakin. ‘Todo el que gana poder, teme perderlo’. Es igual para los Jedi”, “Los Jedi usan el poder para el bien”, “El bien es un punto de vista, Anakin. Y el punto de vista de los Jedi no es el único válido”; “Una vez más, los Sith gobernarán la Galaxia”; “Estás conmigo o eres mi enemigo”; “Es el fin para ti, mi maestro. Quisiera que fuera distinto”; “¡Tú eras el Elegido! Fue dicho que debías destruir a los Sith, no unírteles. ¡Tú debías equilibrar la Fuerza, no hundirla en la Oscuridad!”, “Yo te odio”, “Eres como mi hermano, Anakin… Te amo”; “No soy el Jedi que debería ser”; “Usa tus sentimientos, Obi-Wan y lo encontraras”; “De ahora en adelante serás conocido como Darth Vader”.
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