20.6.05
lobo feroz
EL HOMBRE DEL BOSQUE
Es más fácil creer que los monstruos no son humanos, que no son como nosotros, que están hechos de otra naturaleza, de otra constitución, que podemos reconocerlos con sólo verlos. Pero… ¿cómo descubrir al monstruo cuando estás frente al espejo?
“El hombre del bosque” es una de esas películas menores, que puede pasar desapercibida, injustamente desapercibida. Tiene dos hallazgos: la descomunal actuación de Kevin Beacon y el muy buen guión de Nicole Kasell (directora del filme) y Steven Fechter (autor de la obra teatral que le dio origen). En esos dos pilares se sostiene una historia que podría haberse ido a la banquina en cualquier momento. Sin embargo, en poco más de ochenta minutos, el milagro se mantiene y podemos participar de este retrato de un pedófilo desde su misma vereda, sin mantener un participación neutral (cómodamente neutral, habría que agregar). Compartimos la angustia del personaje, su naturaleza dual, la pugna entre su deseo y la moral, nos sumergimos en el viaje al límite de nuestra propia escala de valores. Eso sólo vale para destacar a esta película del montón.
Walter acaba de salir de la cárcel, cumpliendo doce años de condena por acoso sexual de niñas. Alquila un cuarto, frente al patio de juegos de una escuela; consigue empleo en una fábrica de muebles; asiste a su terapia semanal; recibe la visita de su cuñado, el único familiar que le habla; aguanta las irrupciones sorpresivas del policía que espera su reincidencia. Walter tiene en claro que todo lo desprecian por lo que es. Más aún. Él mismo se desprecia por su propia naturaleza. Hasta que Vicki, una mujer, irrumpe en su vida.
“El hombre del bosque” tiene el acierto del retrato paciente, por sobreacumulación de detalles. No define, no sentencia, no plantea salidas automáticas. Es un medio tono muy apropiado para la gran actuación que Kevin Beacon desarrolla. Es tan sutil su interpretación que logra identificarnos con un personaje al que sentenciamos desde el primer momento. Personalmente, para compararlo con las faenas de Sean Penn de “Mientras estés conmigo” (el condenado a muerte, asesino y violador), el Hannibal Lecter de Anthony Hopkins o el Chopper de Eric Bana, para poner algunos ejemplos ilustres. Sencillamente, admirable.
El resto del elenco no se queda atrás. Destacamos a Kyra Sedgwick como Vicki (la esposa de Beacon, en la “vida real”) y Mos Def como el Sargento Lucas.
Escenas: la monumental escena en el banco del parque entre Walter y Robin, la niña que observa pájaros; el diálogo sobre el lobo feroz entre el policía y Walter; la escena en la que Walter le confiesa a Vicki su secreto.
Frases: “Una belleza poco común, comúnmente está descuidada”; “Bien… ¿me vas a decir cuál es tu oscuro secreto?”; “Doce años en prisión no es broma”; “¿Crees en los cuentos de hadas?”, “¿Cuentos de hadas?”, “Sí, como ‘Alicia en el País de las Maravillas’”, “No”, “Sí… sí… ni yo… ¿Y qué tal ese del leñador?”, “¿Leñador?”, “Sí… con el hacha…”, “No lo conozco”, “Sí… lo conoces… El leñador, él abre el estómago del lobo y saca a la pequeña niña viva…”, “Caperucita Roja”, “¡Caperucita Roja! ¡Ese es! Ese es. El leñador le abre el estómago al lobo y la chica sale sin un rasguño… Una vez vi a una niña de siete años partida al medio… Era tan pequeña… sólo partida… Vi a detectives de más de veinte años en este trabajo. Tipos duros, ellos sólo se quebraron y lloraron. Yo estaba ahí, yo lloré… No hay ningún maldito leñador en este mundo…”; “¿Quieres que lo hagas? ¿Quieres que me siente en tus rodillas? No hay problema, puedo hacerlo… si tu quieres”.
CONSEJO: primera opción del video. Una buena segunda opción en cine.
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