15.7.06
arenque del Báltico
Un hombre, que no podía casar a una hija suya muy fea, visitó al rabino Shimmel de Cracovia.
-Tengo una gran pena en el corazón -le dijo al Rey- porque Dios me ha dado una hija fea.
-¿Cuán fea? -preguntó el rabino.
-Si la tumbara en un plato al lado de un arenque, usted no podría distinguir quién es quién.
El rabino de Cracovia pensó un largo rato y por último preguntó:
-¿Qué clase de arenque?
El hombre, sorprendido por la pregunta, pensó rápidamente y contestó:
-Eh... un arenque Bismark.
-¡Qué lástima! -exclamó el rabino-. Si fuera del Báltico tendría más posibilidades.
WOODY ALLEN
"Cómo acabar de una vez por todas con la cultura"
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