27.11.06
grossa la viejita!
¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!
Claro ejemplo de comedia fallida. Juntar un muy buen elenco (Maggie Smith, Rowan Atkinson, Kristin Scott Thomas, Patrick Swayzee, entre otros) y una idea original más que apta para una comedia de negrísimo humor, no garantiza el éxito. Por algún motivo, la película renguea y queda a un discretísimo mitad de camino.
¿En qué falla el guión de Richard Russo y Niall Johnson (también director)? Tal vez, en el delicado equilibrio que implica el personaje principal, la viejita homicida Grace Hawkins. ¿Cómo hacer simpática a una mujer que ha matado a su marido, la amante de su marido y ha guardado sus trozos en una valija que lleva en su viaje? Cuesta encontrar la empatía a los psicópatas. Hay un caso clásico, Hannibal, pero el género no era el humor y, hay que reconocer que, en la secuela, cuando lo vimos comiéndose el cerebro de una víctima viva, le perdimos un poquito de cariño.
Mientras miraba como se caía la trama de “¡Sálvese quien pueda!”, no pude dejar de recordar dos casos opuestos: “El quinteto de la muerte” (la de Alec Guinness; no, el bodriazo de los hermanos Coen) y “No somos ángeles” (la primera versión con Humphrey Bogart). En la primera, nos reímos pese a los crímenes, porque los malos salen perjudicados; en el segundo, también los verdaderos malos salen perjudicados porque, a su manera, los protagonistas son instrumentos del Destino (incluyendo a la antológica serpiente Adolfo). En cambio, en “¡Sálvese…!”, se comete el pecado irremediable de “matar” a gente no tan jodida. A ver, matar al perro que se le pasa ladrando toda la noche, nos provoca la carcajada; liquidar al dueño que lo está buscando, ya no. Es un peso demasiado grande para que podamos seguir riendo. La última escena del filme, lamentablemente, es una clara muestra de lo que decimos. Deja de ser comedia.
Pese a que los diálogos están bastante bien pulidos, con este estilo directo de réplica very british y los personajes presentan conflictos definidos, la resolución de los problemas de cada uno, parecen forzados. Nuevamente recordamos “No somos ángeles” y la idea de que estos malvados, en realidad, terminan siendo providenciales salvadores de una familia explotada por un usurero desalmado. Acá no parece que los crímenes de Grace resuelvan nada, más que ocultar sus deslices.
Tal vez por el guión, tal vez este problema central de empatía con la asesina, pero el elenco no logra dar toda la química que uno presumía podría llegar a tener. Son todos muy buenos actores, con antecedentes memorables. Pero, juntos, presentan una sinergia negativa. Apenas rescatamos a Patrick Swayzee (antológico el momento del “paquete de amor”) y algún que otro gag afortunado.
Dos babas merecidas: a Kristin Scott Thomas, una debilidad de esta página, y a la adolescente de largas piernas y minifalda, Tamsin Egerton.
Escenas: la presentación del personaje de Grace, 20 años atrás; la presentación del personaje de Grace, en la actualidad; el discurso del reverendo Walter; el recitado de Rowan Atkinson de “El cantar de los cantares”.
Frases: “¡No puedes asesinar a la gente porque desapruebes lo que hacen!”, “Eso es lo que me decían los doctores. Es algo que nunca estuvimos de acuerdo”; “Así que sabes de los otros cuerpos”, “¿Qué otros cuerpos?”, “¡Oh! No sabías de los otros cuerpos…”.
CONSEJO: esperar al video sin apuro.
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