13.5.07
déjalo ser
U.S. VS. JOHN LENNON
¿Qué se puede esperar cuando el gobierno de la nación más poderosa del planeta, mueve sus hilos para callar la voz de protesta de un artista? “U.S. vs. John Lennon” es un excelente documental, un elemento histórico de valía para entender cómo fueron los años paranoicos de la Guerra Fría y también, cómo algunos argumentos se repiten, cambiando las marquillas de los envases. Detrás está siempre la misma intención: que la ciudadanía siga ignorante del modo en que le han mentido sus dirigentes.
El documental de David Leaf y John Scheinfield nos cuenta la escalada del enfrentamiento entre John Lennon y la Administración Nixon. En el Estados Unidos de los ’60, que bullía de movilización popular y reivindicaciones sociales, hubo un personaje que puso en jaque a los republicanos que controlaban el país y lo habían embarcado en otra guerra en un país lejano. El tipo era inglés, cantante, compositor, pelilargo y poeta. Y para peor, era pacifista. La amenaza era John Lennon y, como Gandhi, como Jesús, eran peligrosos no por lo que podían hacer como individuos, sino por lo que podían hacer influyendo sobre otros. Que alguien pudiera ordenar, pacíficamente, a la gran masa juvenil que se animaba a comprometerse con su sociedad, podía desmoronar el castillo de naipes que Nixon y sus secuaces habían desplegado desde la Casa Blanca.
El documental enhebra temas musicales, fragmentos de audio y fílmico de la época y testimonios de los sobrevivientes de esas jornadas, en un discurso coherente y contundente, que marca los hitos por lo que se fue moviendo el gobierno norteamericano para anular la amenaza que representaba John Lennon. Y, pese a que Nixon ya habían abandonado el poder, uno no puede dejar de pensar que a Lennon le terminaron pasando la factura por las molestias ocasionadas.
En los cien minutos del documental, además del testimonio histórico, nos deja un par de lecciones sobre la lucha ciudadana contra el poder político institucionalizado. La primera lección: la poderosa herramienta que es la táctica de la no violencia. Los que ejercen la fuerza, necesitan que el oprimido responda desde la violencia, desde la ilegalidad, para poder desplegar su maquinaria sin excusas. Cuando el oprimido recurre a otras tácticas ajenas a la agresión, el opresor se descoloca. Le toma un largo tiempo comprender lo que pasa y como anular a su oponente.
La segunda lección es no subestimar la capacidad de destrucción del mal. Tampoco la perseverancia de los que mienten y de los que matan. Cuarto: no hay revolución más poderosa que la del alma, no hay cambio más fuerte que la que ocurre en nuestro interior. Cuando Lennon lanza la consigna: “¡La guerra terminó!” es algo más que una consigna naif. Es una realidad fáctica: el día que no tengan brazos que levanten las armas, los que manejan el conglomerado militar – industrial se quedarán sin argumentos.
Por su naturaleza toda mafia es menos numerosa que la mayoría a quien oprime. Si esta mayoría no se da cuenta de su poder implícito es porque está dispersa, porque no es consciente de su número. Y si un líder (espiritual, religioso, artístico) tiene la capacidad de lograr que esa mayoría perciba su entidad, ese líder no puede ser menos que el enemigo público número 1 para la mafia que controla los resortes del poder.
El documental nos permite también valorar la extraordinaria riqueza intelectual de un cantante de moda, como lo era John Lennon en los ’60. Son tiempos en que las discográficas promocionan otra clase de artistas: es más seguros para el sistema que curtan el perfil de mostrar el culo en MTV o que cacareen su transgresión bajándose un par de rayas de un saque.
De los muy buenos momentos, rescatamos los parlamentos de Gore Vidal; la secuencia de la luna de miel en la cama, cuando Lennon canta Give Peace a Chance ante todos los periodistas; las explicaciones del burócrata de Migraciones de porqué quieren quitarle la visa a Lennon.
Las frases:
No sabíamos que habría agentes del FBI anotando la letra en medio del público. En ese momento, el FBI comenzó a ver el principio del poder de John y de Yoko.
Le temían a lo que una figura de la talla de John Lennon representaba. Cualquiera que canta sobre el amor, la armonía y la vida es peligroso para alguien que canta sobre la muerte, mata y somete a la gente.
Gente que, normalmente, era apática, obediente y pasiva, ingresaba en la política en busca de una solución.
Nuestra sociedad está gobernada por dementes que persiguen objetivos dementes. Si alguien pudiera plasmar en papel, lo que nuestro gobierno, el de los EE.UU, el ruso, el chino, etc. quieren, en realidad, hacer y lo que creen que están haciendo... Me encantaría saber lo que están haciendo. Creo que están todos locos. Posiblemente, me encierren por loco por decir eso. En realidad, ésa es la locura.
Cuando conoció a Yoko logró completar su voz.
Ella logró que mi parte de locura saliera a la luz aún más. Fue un alivio encontrar a otra persona que estuviera tan loca como yo.
Si todos fueran a buscar trabajo en una bolsa, no habría prejuicio. Se juzgaría a la gente por su cualidad interior. A eso lo llamamos comunicación total.
Les diré algo. Hermanos y hermanas... si van a un concierto contra la pobreza y no ganan la mitad del dinero que pagaron para comprar un arma por semana... no están haciendo nada. No hacen nada.
Los Panteras Negras eran peligrosos, pero no como la gente piensa. No eran peligrosos por estar armados sino por su habilidad para enseñar que era posible hacerle frente al poder.
Nos temen no por ser una amenaza política y cultural, sino porque somos
una amenaza militar para los generales que están al frente de esa guerra y controlan las mentes de los jóvenes.
Cuando recurres a la violencia le haces el juego al sistema. El sistema te irritará, te jalará de la barba y te abofeteará, para obligarte a pelear.
Cuando logran ponerte violento, saben cómo controlarte.
Cuando escucho "Revolution”, incluso ahora, se me hace un nudo en la garganta... porque recuerdo lo difícil que fue todo para nosotros en ésa época. El mundo nos aisló y también los admiradores, porque estábamos juntos... y, además, John había empezado a expresarse.
Me parece un error pensar que las revoluciones deben ser violentas. Si soy revolucionario o somos revolucionarios... somos artistas revolucionarios no terroristas armados. Creo en la declaración de los Panteras Negras... el programa de diez puntos, que no es violento y dice que hay que defenderse de los ataques. Puedo considerar eso... pero no consideraría nada más. Sigo a favor de la paz, de una paz revolucionaria... Pero primero, soy un artista y, luego, un político.
-Quédate en la cama. Déjate crecer el cabello.
- Paz en la cama.
- Paz en el cabello.
Inglaterra no les deja pasar cosas a la clase obrera.
Nunca antes le habían dado una oportunidad. Nunca nadie le dio una oportunidad a la paz. Gandhi lo intentó, Martin Luther King lo intentó... pero los mataron.
Con hacer reír a la gente nos alcanza. La alegría provoca buenas ondas para la paz. Hacer el amor, no la guerra. Eso es lo que pregonamos. Recuérdenlo. Paz, paz, paz, paz... paz, paz, paz, paz, paz, paz, paz. Paz en la mente, paz en la tierra... paz en el trabajo, paz en el hogar, paz en el mundo. Lo vendemos como jabón. Hay que vender y vender hasta que el ama de casa piense: "Ah, bueno, es la guerra o la paz. Ésos son los dos productos".
-¿Qué le dirían a alguien como Richard Nixon?
-Yo le diría: "Haga algo positivo. Es más económico tener paz, Sr. Nixon. Sería muy popular si lo lograra".
-¿Qué debería hacer?
-Declarar la paz.
Sinceramente, creo que cuando uno quiere la paz y es consciente de que puede alcanzarla, pues la tendrá. El único problema es que no saben que pueden lograrla. ¿Es ingenuo desear la paz? ¿Es ingenuo pensar que podemos cambiar el mundo? Probablemente, sí. Pero, por cierto, es digno del proceso mental y del arte que surge de ello.
Recuerdo que venían muchos marchando por la calle y que llevaban velas. Era una especie de simbolismo. En aquellos días, yo fumaba cigarros y recuerdo que me acerqué a uno de ellos, lo tomé de la muñeca, acerqué la vela y encendí mi cigarro con ella. Lo miré a los ojos y le dije: “Ahora sí le das un uso. Eres útil para algo" Y seguí caminando. Ésa era nuestra actitud hacia ellos.
La guerra terminó si tú quieres.
Hiciera lo que hiciera, le prestaban atención. Pero uno no tenía la idea concreta de lo que ellos querían transmitir, porque, obviamente, los medios no lo entendían... Y, lo que sí entendían, no les gustaba.
-Lamento que te gustaran Los Beatles, querida. Y que yo te pareciera satírico e ingenioso. Y que te gustara "Hard Days Night", cariño... porque yo superé esa etapa. Pero veo que tú no.
-¿La has superado?
-Sí, amigos.
-¿Cómo la superaste?
-Ahora tengo 29 años.
Si voy a salir en primera plana, prefiero hacerlo con la palabra "paz".
Creí que era una corriente irresistible que arrasaría con los EE.UU. Y no tuvimos en cuenta la reacción violenta que se venía gestando y que era evidente
si uno abría bien los ojos.
Sí, mirando al pasado... lo que hicimos fue horrible. El gobierno nos usaba para detener a los disidentes, así de sencillo.
Se llegó a los asesinatos políticos.
EE.UU. No es un lugar para esas almas tímidas que ruegan que haya paz a cualquier precio ni para los que corean "mejor rojos que muertos". Necesitamos hombres y mujeres capaces de sentir indignación moral, hombres y mujeres de fe, hombres y mujeres de convicción, hombres y mujeres con fortaleza y determinación divinas que abracen la causa de la democracia.
El problema no era su música sino los amigos que había empezado a hacer.
Podemos hablar de contaminación en términos de la contaminación histórica del fascismo, la contaminación histórica de la guerra, la contaminación histórica del hambre en el mundo, la contaminación histórica del asesinato, la contaminación histórica a la que nosotros, los pobres oprimidos del mundo, nos hemos visto sometidos durante muchos años. Esa contaminación es la base de la contaminación de la naturaleza, del mundo, del universo. La única solución a la contaminación es una revolución humanitaria.
Podría haberse dedicado a la música, haberse alejado de las drogas, haber cerrado la boca y no dar sus puntos de vista sobre los EE.UU. "No te metas en política. Canta y cállate". Todo habría sido perfecto.
La idea que la nación más grande, más poderosa e imperialista del mundo, los EE.UU, pudiera verse afectada por un escritor, un intelectual, un cantante, un pintor es ridícula. Es una broma... Pero muestra lo nerviosos que estaban.
No le tenían miedo a gente como Mick Jagger. Sólo eran músicos y tontos pelilargos con mucho dinero. El problema con John es que había una fuerza intelectual detrás del argumento.
El patriotismo, como sabemos, es el último refugio del canalla. Hablamos de verdaderos canallas como Nixon. Y muchos en la actualidad, se comportan igual.
Y bueno, el "Flower Power" no funcionó. ¿Qué importa? Volvemos a empezar.
Son apáticos, porque son jóvenes y creen que porque no funcionó, se terminó. Debemos entusiasmarlos con lo que podemos hacer.
"Si algo nos pasa a Yoko y a mí... no fue un accidente".
Un día, alguien golpeó a la puerta pero no abrimos. Preguntamos quién era. “Migraciones".
-¿Por qué te deportan, John?
-La versión oficial dice que es porque me arrestaron en Inglaterra por tenencia de marihuana. El motivo verdadero es porque soy un activista por la paz.
Yoko me pidió disculpas y dijo: "Debe entender ya que representa a artistas,
que somos algo impredecibles". Le respondí: "Tal vez lo sean, pero son muy amenos".
Modifican sus propias reglas con tal de perjudicarnos. Sólo porque somos activistas por la paz.
Marchó con nosotros, caminó con nosotros. Se opuso a este poderoso gobierno que estaba muy equivocado, que, con engaños, nos había conducido a una guerra inmoral.
Él dijo: "Lo único que quería hacer en mi vida era tocar en una banda". También dijo: "No puedo permitir que me quiten eso".
Yo no diría que fuera algo primordial en la política del gobierno de Nixon, evitar que John Lennon residiera en este país. Creo que fue parte de la maldad generalizada del gobierno de Nixon.
Lennon era un enemigo innato de los gobernantes de los EE.UU. Representaba todo lo que ellos odiaban. Él representaba la vida y el Sr. Nixon y el Sr. Bush representan la muerte. Y eso es malo.
“Recuerden el amor”
CONSEJO: ir a verla.
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