
La defensa se había organizado en un círculo interior, alrededor de la Plaza Mayor, con tropas en las azoteas de las casas altas que daban a la plaza; luego, un círculo exterior, con una línea de cantones, aproximadamente en un radio de tres manzanas alrededor de la plaza, para debilitar el paso del enemigo, más que el de imposibilitar su paso, defensa que corría entre Sarmiento, Suipacha, Tacuarí y Belgrano. Las iglesias no fueron ocupadas, si no que se armaron cantones frente a los templos, para atacar a los enemigos que intentaran ocupar esos edificios.
La distribución de las tropas era irregular. Los Catalanes (Miñones) fueron los que más en contacto estuvieron con las avanzadas inglesas; los Patricios estuvieron en todas partes; los Gallegos en el Retiro (donde fue mandado el capitán de la Concha, con mil hombres, a defender el arsenal, junto a los Patricios y los marineros); los Andaluces frente a San Miguel; los Cantabros y Montañeses, frente a Santo Domingo; los Arribeños y Correntinos en La Merced; los artilleros en el Fuerte y el Retiro. Pero todo el pueblo, hombres, mujeres y niños, ayudaban en la defensa. Esa fue la principal clave de los días por venir.
(Éste y otros posts sobre las invasiones inglesas pueden consultarse en: http://invasionesinglesas.blogspot.com)
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