27.11.07

woody habla

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

Extractos de “Conversaciones con Woody Allen”, un libro que reúne las charlas del director neoyorquino con Eric Lax, desde 1971 a la fecha.
Ella simplemente piensa que es uno de los misterios de cómo trabajo, que mucho de mi esfuerzo va en pensar. Ella siempre se ha sorprendido porque piensa que soy un escritor veloz. Pero comete el mismo error que la mayoría de la gente. Piensan que la escritura es escribir. Como señaló Marshall Brickman, el pensar es la escritura (…) La parte difícil es tener las ideas que funcionen y ordenarlas.

***

Adoré mucho a Bergman cuando comencé a hacer películas y aún pienso que es el mejor realizador que jamás he visto. Cuando piensas sobre mí en ese entonces, ¿qué era yo realmente? Un cómico de la noche, un escritor de gags de Broadway. No era un intelectual, no era una persona melancólica y sombría. Iba a los juegos de béisbol y a comer a Elaine s. Jamás había visto una cámara por dentro, no sabía lo que estaba haciendo, pero mi mayor influencia es Bergman. Es algo tan incongruente y tonto, la disparidad entre las personas que me influyeron: Bob Hope e Ingmar Bergman [se empieza a reír]. Así que por supuesto vas a tener un extraño híbrido de película que está llena de ocurrencias como las de George S. Kaufman o Bob Hope y una cierta dramática estilizada que caracteriza a los filmes suecos más pesados por parte de un cómico inculto de club nocturno abordando un asunto que es bastante serio y profundo. Así sale esa extraña mezcolanza [se ríe]. Pero para bien o para mal, para la gente, las películas eran sorprendentes y diferentes, yo no estaba haciendo una cosa convencional. Era, como cualquiera que comienza, un producto de mis influencias. Y mis influencias eran tan antitéticas

***

A medida que te vas poniendo viejo, aparece la palabra "legado". Personalmente, no tengo interés alguno por un legado, porque soy un firme creyente de que cuando estás muerto, nombrar una calle en tu honor no ayuda a tu metabolismo. He visto lo que pasó con Rembrandt y Platón y toda esa linda gente. Simplemente están enterrados. Quizá deje un pequeño legado financiero para mis chicos, no la gran cosa, pero cuando esté muerto no me preocupa ni por un segundo si toman todas mis películas y negativos y simplemente las tiran por la alcantarilla. El gran Shakespeare no está mejor que un vago sin talento que escribió obras en la Inglaterra de Isabel y no logró que se las produjeran y cuando lo logró vos te marchaste del teatro. No es que crea que carezco totalmente de talento, pero no tengo el suficiente para lograr que mi sangre siga circulando cuando me llegue el rigor mortis . Así que el legado no me importa en absoluto. Lo expliqué mejor con un chiste: "Más que vivir en los corazones de mis hermanos, preferiría vivir en mi departamento".

***

El ciudadano, de Orson Welles, es la mejor película hecha en Estados Unidos según el portador de las gafas legendarias. Y que, de las suyas, las que más le gustaron fueron La rosa púrpura del Cairo y Maridos y esposas, con Memorias de una estrella y Zelig un escalón por debajo. ¿Y qué prefiere olvidar? La maldición del escorpión de jade es, admite, "quizá la peor que he hecho".

***


Mi sensación objetiva es que no he alcanzado nada significativo en términos artísticos. No lo digo con pesar, sólo describo lo que siento. Siento que no he hecho una verdadera contribución al cine. Comparado a contemporáneos como Scorsese o Coppola o Spielberg, no he influido a nadie, no de manera significativa. Stanley Kubrick sería un ejemplo de primera. Yo no he tenido ningún tipo de influencia. Por eso me resulta tan extraño que me hayan prestado tanta atención a través de los años. Y no estoy siendo una persona exageradamente modesta. Cuando soy bueno, sé apreciarme. No estoy triste ni soy confesionalmente masoquista, pero soy lo suficientemente astuto para saber que maximicé mis limitados talentos, hice buen dinero comparado con mi padre y, más importante, hasta ahora he tenido buena salud.


***


Cuando era chico, solía irme al cine para escaparme, 12 o 14 películas por semana, a veces. Y como adulto, he sido capaz de vivir mi vida de una manera autoindulgente. Logro hacer las películas que quiero y así logro vivir en ese mundo irreal de mujeres bellas, hombres ingeniosos y situaciones dramáticas, y manipular la realidad. Sin mencionar la música maravillosa y los lugares a los que me ha llevado [carcajadas]. Oh, y a veces logré salir con algunas de las actrices. ¿Qué podría ser mejor? Me he escapado hacia una vida en el cine, del otro lado de la cámara, más que del lado de la audiencia [pausa]. Es irónico que haga películas escapistas, pero no es que la audiencia escape, soy yo.

HUGO ALCONADA MON
Conversaciones, el libro sobre el director Woody Allen: "Hago el cine que quiero y vivo en un mundo irreal"

(la nación, 27.11.07)

No hay comentarios.: