14.11.07
frases de “El sospechoso”
Está bien, hazlo. Te estoy dando la autorización.
-Disculpe, ¿es usted Anwar El-Ibrahimi?
-Sí.
-¿Podría acompañarnos por favor?
Lo siento señor, pero no puede subir a un avión en un país y no aparecer en el otro.
Una baja para nosotros, es una victoria para ellos.
-Un analista no es lo que buscamos.
-Es lo que tenemos.
-¿El rehén pasó el polígrafo?
-Estaba limpio.
-El polígrafo no es definitivo. ¿De qué te ríes?
-Es lo que decimos cuando pasan la prueba.
No les teman a sus balas... ¿qué pueden hacer más que liberar su alma?
Señor… señor… ¿Es usted americano?
-Lo siento, la Señora Whitman no está disponible.
-¿En general? ¿O para hablar de Anwar El-Ibrahimi?
-Por favor venga a hacer su consulta directo a la oficina.
La CIA lo llama “aprehensión extraordinaria”. Se trata de la capacidad de atrapar a sospechosos de terrorismo, desapareciéndolos. Es como una extradición. Ahora, se supone que se hace bajo circunstancias extraordinarias. Pero luego del 9/11 las reglas cambiaron. Básicamente la ley se extendió para cualquier sospechoso que esté relacionado con el terrorismo.
-Nuru.
-¿Sí?
-No hay nada que no sepa, ¿cierto?
-¿A qué te refieres?
-Me refiero, allá en Egipto, cuando él era menor. ¿Nunca te enteraste de algo malo?
-¿Eres el americano?
-Sí.
-¿Por qué estás aquí?
Bueno al Señor Fallaw, no le interesa si obtiene o no la información. Él sigue tratando de obtener información, sin importar si colabora o no.
-Es mi primera tortura.
-Estados Unidos no tortura. Déjame decirte como funciona. Tú te preocupas de obtener la información y yo me preocupo de saber si la información sirve o no, ¿sí?
-Lindo, este es un negocio sucio. Hay más de 7 mil personas vivas en el centro de Londres, debido a una información que obtuvimos de la misma manera. Y tal vez debas poner tu cabeza en la almohada, sintiéndote orgulloso por salvar a un hombre vivo y 7 mil ingleses muertos. Pero yo tengo nietos en Londres, así que me alegra hacer esto.
-Salvo que su nieto sea Anwar El-Ibrahimi.
Tienes que entender, ella no es su padre.
-Conocí a Anwar, ¿si? Era un buen tipo.
-Bueno eso no es relevante.
Por favor, no seas de esa gente que te da la espalda.
En todos estos años... ¿qué tan a menudo crees que hacemos pura y legítima inteligencia? ¿Una vez? ¿Dos veces? ¿Diez? Dame una estadística, dame un número.
Dame un cuadro, me gustan los gráficos de torta. Lo que sea, que me quite la idea de que si torturamos a una persona, no crearemos diez, cien o mil nuevos enemigos.
-Mi esposo es Anwar El-Ibrahimi. Por favor, sólo dígame donde está. Por favor, déjeme hablar con él.
-No tengo esa información señora Ibrahimi.
-Tenemos un hijo de seis años de edad. ¿Qué le digo a nuestro hijo?
-Lamento por lo que pasa, pero no puedo ayudarla con su problema.
-¿Mi problema?
- Por favor deje su nombre...
-¿Mi problema? Ya tiene mi nombre. Tiene mi dirección, mi teléfono, todo. Tienen a mi esposo. ¡No me dé la espalda! ¡Sólo dígame donde está!
-¿Cuándo?
-Hace una semana. Eran sólo niños.
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