21.12.07

mentes criminales

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JUSTICIA A CUALQUIER PRECIO / AMORES ASESINOS

Dos películas sobre mentes criminales. Una que puede pasar absolutamente desapercibida; otra que sería un auténtico crimen que corriera esa suerte.

La primera es “Amores asesinos”, un gran elenco (Travolta, Gandolfini, Leto, Hayek) y un tema verídico tratado otras dos veces por el cine: la trayectoria criminal de Martha Beck y Raymond Fernández, los asesinos de los Corazones Solitarios. Raymond enamoraba mujeres feas y solas, a las que contactaba por las revistas del corazón. Luego de enamorarlas y sacarles sus pocos ahorros, las mataba, todo con la asistencia de Martha, su pareja, a quien hacía pasar por su hermana. Si la historia le resulta conocida, es porque ya la vieron en “Profundo carmesí” de Arturo Ripstein (hubo otra versión: “Los asesinos de la luna de miel”). La única diferencia es que, en este caso, la asesina que acompaña a Raymond no es horrible como en las anteriores personificaciones, sino que es la sensual Salma Hayek.

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La pregunta es qué necesidad tenía su director Todd Robinson en contar esta historia, porque no aporta ninguna idea nueva, más allá del interés personal que lo une al caso (Robinson es el nieto del auténtico policía que investigara a los asesinos de los Corazones Solitarios).

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La película tiene otro problema: la pésima actuación de Salma Hayek confrontada con el muy buen trabajo de Jared Leto. La participación de Hayek era central, porque la historia destacaba el control psicológico que Martha Beck tenía sobre Raymond Fernández. Él ejecutaba los estallidos de violencia de ella. Esa relación perversa fracasa en pantalla, básicamente por la fallida actuación de Salma Hayek (que igual, está buenísima, pero eso es harina de otro costal). Lo de Leto es para destacar, dándole muchas variantes a un personaje acotado por el guión.

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La historia paralela del policía empantanado en el suicidio de su esposa y su amigo que hace las veces de voz en off, no aporta mucho en términos dramáticos, pese a que estén en los zapatos de John Travolta y James Galdolfini. La fotografía, la estética, la iluminación, son puntos fuertes, pero el resultado no cuaja. “Amores asesinos” es una de esas películas que tiene futuro de olvido.

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Con “Justicia a cualquier precio” (horrible traducción de “La manada”) hicimos a un lado las malas críticas del lobby anti-Richard Gere y acertamos: encontramos una película más que interesante, con un personaje con una rica dualidad. Como venimos diciendo en esta página, película que tenga a Richard Gere como protagonista, la crítica local le dará dos o tres puntos menos. Y ésta no es la excepción. No estamos hablando de “El ciudadano”, queda claro, pero el clima negro y opresivo del filme llega a envolvernos.

Erroll Babbage es un asistente social que tiene como tarea controlar a aquellos que han cumplido una condena por delitos sexuales, con el objeto de anticipar conductas que sugieran que están por volver a las andadas. Babbage está a tres semanas del retiro, jubilado por sus superiores que lo tienen como un caso problemático. Babbage es una bomba de tiempo a punto de estallar. Se ha compenetrado tanto del perfil de los ofensores sexuales que audita que asemeja, peligrosamente, al perfil del psicópata. Poco antes de retirarse, Babbage debe instruir a su reemplazo, una joven agente, Allison Laurie. Simultáneamente al entrenamiento, Babbage se empeña en resolver la desaparición de una joven estudiante, basado en la corazonada de que el rapto es obra de un integrante de su grupo de ex convictos controlados.

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“Justicia a cualquier precio” acierta en un clima cerrado, angustiante, pesadillesco, al borde de la paranoia en la que se encuentra el protagonista. El agente Babbage es un hombre quemado por el trabajo que realiza. No tiene vida personal, no sabe que hará después de su retiro. Está al borde del suicidio o el homicidio, es indistinto. Lo atormenta la idea de que uno de sus controlados, lo burle y cargue con la sangre de otra víctima.

Más allá de algún desborde estético del director hongkonés Andrew Lau (que la trama no necesitaba), el filme está muy bien contado y nos mantiene, hasta la resolución final, al borde de la butaca. No redefine el género, pero es un muy buen thriller psicológico.

Si en “Amores asesinos” destacamos el muy buen trabajo de Jared Leto, aquí hay que destacar el personaje compuesto por Richard Gere, ese asistente social a punto de desmoronarse.

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En suma: una buena y una mala.

Escenas destacadas:

En “Amores asesinos”: la secuencia inicial del suicidio de la esposa del policía; el descubrimiento del cadáver de una pequeña; la “compra” del perro a una chiquita por parte de la pareja de asesinos seriales.

En “Justicia a cualquier precio”: el diálogo final entre Viola y Babbage; la secuencia en el antro sadomasoquista; el primer diálogo entre Viola y Babbage.

Frases:

De “Amores asesinos”:

-No tienes que entrar allí.
-Sí, tengo que hacerlo.

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Los policías no hablan de lo que ven. Lo tragan con un antiácido y un poco de whisky. Se esconden detrás de un periódico y esperan que nadie se dé cuenta.

Si hubieran escrito un libro sobre estafadores, Ray Fernández hubiera sido el chico de la portada. No era el primer maldito en jugar el juego de los Corazones Solitarios. Pero quizás era el más hábil.

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Lamento llegar tan tarde. Tuve una reunión con mis abogados. Se pasó el tiempo. Casi pierdo el avión.

Es difícil decir quién hechizaba a quién. Pero el día en que ellos se unieron fue el principio de un mal final para mucha gente.

-La gente no se suicida sin razón.
-Bueno, ella tenía una razón.
-Estaba hablando de Annie.
-Sí, lo sé.

No hicimos esta maldita porquería, sólo trabajamos en ella. ¿Viste bien a estas personas? Son unos malditos animales por lo que se hacen unos a otros. No vas a cambiar eso.

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¡Hijo de puta! ¡La llamaste por mi nombre!

-No. Fuera. Es todo lo que conseguirá.
-Bien.
-Aunque le diré esto: la hermana que está con él, está loca.


De “Justicia a cualquier precio”:

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Hay más de medio millón de acosadores sexuales registrados en Estados Unidos. Por cada mil acosadores, hay sólo un supervisor que los controla.

Alguno dijo una vez: "Todo aquel que luche contra monstruos debe cuidarse de no convertirse en monstruo durante el proceso". Y cuando miras directo a un abismo, el abismo te mira a ti.

Hay momentos definitivos en la vida que uno nunca planea.

No vas a aprender nada de ellos. Sólo intentan mantener su trabajo.

En el registro se puede adivinar su futuro y otras cosas. Somos simples adivinos.

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No me estoy retirando. Me están dejando ir.

Yo fui una víctima tanto como esas mujeres.

Esta gente está llena de mentiras. Son todas mentiras. En público son decentes, socialmente responsables... los miras y no te sientes incómoda. Te estrechan la mano, te golpean la espalda y no te lo imaginas. Sonríen si quieres que sonrías, rezan si quieres que recen... hacen esto porque la gente como tú cree que las presentaciones públicas nos dicen todo sobre las vidas privadas. No nos dice nada. Lo oculta todo.

-¿Te has preguntado como terminaste en este trabajo? ¿Cómo terminaste siendo mi reemplazo?

Dice Errol que cuando alguien se convierte en acosador sexual se vuelve sucio, empieza a tomar, se separa de la sociedad. Míralo, puede ser su propio perfil.

-Tienes que dejarlo ir. Has hecho lo mejor que pudiste. Esa chica no regresó a casa. Muchas chicas no regresan a casa. Cien al día.
-Eso no quiere decir que no podamos hacer más.

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¡Corta! ¡Corta! ¡Corta!

Siempre pensé que algo podría haber pasado entre nosotros. Quizás debí haber tomado la iniciativa.

Hay más enterradas aquí, déjame enseñarte. ¡Déjame enseñarte! ¡Déjame enseñarte!

CONSEJO: esperar al DVD. Sin prisa para “Amores asesinos” y agendar para “Justicia a cualquier precio”.

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