9.1.08

capítulo 2: el otro doctor shock (segunda parte)

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Más fragmentos de “La doctrina del shock” de Naomi Klein.
Todas las políticas de Chile se pusieron bajo el microscopio y se consideraron defectuosas: su sólida red de seguridad social, su proteccionismo de la industria nacional, sus barreras arancelarias, su control de precios. A los estudiantes se les enseñó a despreciar esos intentos de aliviar la pobreza y muchos de ellos dedicaron sus tesis doctorales a diseccionar las locuras del desarrollismo latinoamericano.



Los marxistas defendían nacionalizaciones masivas y reformas agrarias radicales; los centristas decían que la clave estaba en una cooperación económica mayor entre los países latinoamericanos, con el objetivo de transformar la región en un poderoso bloque comercial que pudiera rivalizar con Europa y América del Note. En las urnas y en las calles, el Cono Sur esta dando un giro a la izquierda.



En marzo de 1972, en medio de la tensa negociación de Letelier con ITT, Jack Anderson, un columnista cuyos artículos estaban sindicados a una serie de periódicos, publicó una explosiva serie de reportajes basados en documentos que demostraban que la compañía telefónica había conspirado en secreto con la CIA y el Departamento de Estado para impedir que Allende jurara el cargo dos años atrás. Para aquellas acusaciones, y con Allende todavía en el poder, el Senado de Estados Unidos, controlado por los demócratas, inició una investigación y descubrió un extenso complot en el que ITT había ofrecido un millón de dólares en sobornos a la oposición chilena y “había tratado de que la CIA participara en jun plan para manipular de forma encubierta el resultado de las elecciones chilenas”.



La experiencia indonesia fue estudiada con mucha atención por los individuos e instituciones que planeaban el derrocamiento de Salvador Allende en Washington y Santiago. Lo que resultaba interesante no era sólo la brutalidad de Suharto sino el extraordinario papel que había jugado un grupo de economistas indonesios educados en la Universidad de California en Berkeley, conocidos como la “mafia de Berkeley”. Suharto resultó muy efectivo en labor de librarse de la izquierda pero fue la mafia de Berkeley quien preparó el plan económico para el futuro del país.

Los paralelismos con los Chicago Boys eran sorprendentes. La mafia de Berkeley había estudiado en Estados Unidos como parte del programa que había empezado en 1956 financiado por la Fundación Ford.




Este equipo económico formado en una escuela mucho menos ideológica, no eran radicales anti-Estado como los Chicago Boys. Creían que el gobierno debía desempeñar un papel en la gestión de la economía nacional de Indonesia, y asegurarse de que los productos básicos como el arroz eran asequibles. Sin embargo la mafia de Berkeley fue de lo más generosa con los inversores extranjeros que ansiaban caer sobre las inmensas riquezas minerales a y la abundancia petrolífera de Indonesia, descrita por Richard Nixon como el “gran tesoro del Sureste asiático”.



“Yakarta se acerca”.
Pintadas en las calles de Santiago de Chile, previo al golpe a Allende.



Cuando finalmente se produjo, el golpe de Chile presentó tres formas distintas de shock, una receta que se repetiría en países vecinos y que surgiría de nuevo, tres décadas más tarde, en Irak. El shock del propio golpe militar fue seguido inmediatamente por dos formas adicionales de choque. Una de ellas fue el “tratamiento de choque” capitalista marca de la casa Milton Friedman, una técnica que cientos de economistas latinoamericanos habían aprendido durante sus estancias en la Universidad de Chicago y a través de las diversas instituciones y franquicias del método. El otro fueron las técnicas de shock de Ewen Cameron: la privaciones sensoriales y al aplicación de drogas y otras tácticas, recopilada ya en el manual Kubark y diseminadas por toda la zona gracias a los amplios programas de entrenamiento de la CIA de los que se habían beneficiado la policía y los estamentos militares latinoamericanos.



El choque del golpe militar preparó el terreno de la terapia de shock económico. El shock de las cámaras de tortura y el terror que causaban en el pueblo impedían cualquier oposición frente a la introducción de medidas económicas. De este laboratorio vivo emergió el primer Estado de la Escuela de Chicago , y la primera victoria de su contrarrevolución global.

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