20.2.08

era la gloria vestida de verde

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EXPIACIÓN, DESEO Y PECADO

Hay una sensación final tras ver “Expiación, deseo y pecado”: el ropaje es mucho más importante que la historia que envuelve. La fuerza de su elenco, la seducción de Keira Knightley, el manejo de cámara de Joe Wright, el diseño de arte de Ian Bailie y la fotografía de Seamus McGarvey alcanzan un nivel superlativo, tan alto que ensombrecen la historia subyacente que, al fin y al cabo, se reduce a un equívoco y a la comprobación de las pocas posibilidades que da la vida para ser feliz.

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La historia de “Expiación, deseo y pecado” se reduce a un momento y un día: un hecho, visto por una adolescente, con un conocimiento precario de “las cosas de la vida”, culmina arruinando la vida de tres personas (entre ellas, la de la misma joven que presenció el hecho). El hecho nimio, casi una humorada en otra situación, termina teniendo un peso específico gravitante y hunde a todos los personajes en un camino sin retorno.

Hay una moraleja detrás: que pocas oportunidades te da la vida. Tal vez otra más: puede ser tan cruel como irónica.

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Un solo momento dejado al pasar y todo se derrumba. Ya no hay posibilidad de corregir las cosas. Los hechos toman su propio camino y se alejan de los protagonistas, para siempre.

De esta perspectiva, la historia tiene ribetes de tragedia en el sentido griego, esto es, los protagonistas están en manos del destino, de los caprichos del destino, para mejor decir.

La historia no enfoca a un culpable (tal vez, adrede): a todos los que rodean a los protagonistas y, confortablemente, prefieren trasladar la responsabilidad de una decisión en la madurez de una niña de 13 años. El prejuicio de clase y el sexual se aúnan para, apoyados en el testimonio de la pequeña Briony, satisfagan su necesidad de discriminar. Culpar a una adolescente de un error de percepción es otra culpa más que debe cargarse al entorno.

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“Expiación, deseo y pecado” se apoya, básicamente, en las protagonistas femeninas. En la increíble Keira Knightley, hoy una de las actrices más calientes de la pantalla, derritiendo las neuronas del espectador sólo al entreabrir su boca. Joe Wright se luce componiendo escenas que maximicen el poder de seducción de Knightley que personifica momentos memorables. La escena de amor en la biblioteca logra alcanzar voltajes eróticos inversamente proporcionales al poco desnudo que se expone a la lente. La escena de la fuente (disparador de todo lo que sucede después) queda ya en el calendario del camionero cinéfilo 2008 y, anunciamos, ya en febrero, que el podio del Baba Memorial de este año ya tiene una integrante. (¡Tiemble Cameron! ¡Avanza Keira!).

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La otra protagonista fundamental es Saoirse Ronan que encarna a la Briony adolescente, muy pero muy expresiva, básica para darle credibilidad a la historia. En un escalón menor (en parte por el guión) están Romola Garai y Vanessa Regdrave.

Escenas destacadas: la escena de la biblioteca; la escena de la fuente; el gran plano secuencia en las playas de Dunkerke, un prodigio desde lo técnico y una escena para quedar en la historia del cine; el encuentro de Briony, ya enfermera con su hermana y su novio.

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Frases:

-¿Por qué ya no le hablas a Robbie?
-Hablamos. Pero nos movemos en diferentes círculos.

¿Podrías hacerme un favor? ¿Podrías darle esto a Celia? Me sentiría tonto dándosela yo mismo.

-Lo siento mucho, fue la versión equivocada.
-Sí.
-Nadie debió leerla.
-¿Cómo era la versión que debía leer?
-No lo sé. Era más formal, menos...
-¿Anatómica?
-Sí.

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-Sé quien fue.
-¿Lo viste entonces?
-Si, lo vi.

Regresa. Regresa a mi.

Quiero agradecerte por salvarme la vida. Te estaré eternamente agradecida.

La historia puede continuar. Nuestra historia puede continuar. Yo continuaré.

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-¿De qué se trata?
-Es complicado.
-¿Sí?
-Es solo que... Es sobre una niña joven... Una niña joven y tonta, que ve algo desde su ventana que no llega a entender. Pero ella cree que lo entiende.

-¿Qué hace ella aquí?
-Quería hablar conmigo.
-¿Sobre qué?
-El terrible error que cometí.

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-¿Por qué estás segura ahora?
-He crecido.
-¿Crecer?
-Tenía trece años.
-¿Cuánta edad debes tener para saber la diferencia entre lo bueno y lo malo? ¿Tienes 18 años? ¿Debes tener 18 para reconocer una mentira? Hay soldados de 18, muriendo solos al lado del camino, ¿sabes eso? Hace cinco años no te importaba decir la verdad.

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Me gustaría pensar que esto no es debilidad o evasión. Sino un acto final de amabilidad. Yo les di... su felicidad.

CONSEJO: hmmm... es para ver en cine, por todo su esplendor visual. Pero tiene un tiempo muy europeo, con una historia que no es de consumo amplio. Que duda… yo le diría que la fuera a ver, pero...

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