17.9.08
frases de “Tus santos y tus demonios”
Dito. Cielos. No puedo creer que estoy escuchando tu voz en la contestadora. Soy tu madre.
-¿Qué le pasó a tu nariz? Estás sangrando.
-Fue mi padre. Es un estúpido.
-No digas eso de tu padre.
¿Quieren aprender? Vengan a mí, porque yo soy el rey. Y el rey se sienta aquí.
Mi amigo nuevo.
Sé que le agrado
pero creo que me necesita.
Yo también lo necesito.
A veces este lugar da temor.
Pero mi amigo nuevo
me necesita porque juntos
no somos igual que los demás.
-¿Quieres China? Para eso está el barrio chino. ¿Quieres Italia? ¿Adónde van los italianos?
-A la Calle Mulberry.
-La Pequeña Italia. ¿Quieres ir Puerto Rico? Ve al norte. Está lleno de puertorriqueños. ¿Sabes lo que Antonio me dijo recién? Que hay perros salvajes
en Italia. ¿Quién necesita eso?
-Yo no.
-Yo no quiero estar allí.
-El niño es bueno. Me simpatiza este niño.
(LO GOLPEA)
-¿Eres un estúpido? ¿Qué te sucede? Larguémonos. Larguémonos. Vamos.
-Le dejé un mensaje.
Es como mi madre. Como te dije. Te dije que está emocionada por verte, pero conmigo... Cuando... cuando me ve en la calle se oculta. Y está muy gorda pero intenta ocultarse detrás de los postes. Postes como los de allá. Se oculta de mí. Y es mi madre. Se supone que no debe hacer eso.
Las cosas no mejoran aquí. Me dices que así será, pero...
Soy una basura. Eso es lo que soy.
Dime que estás preocupado por mí.
Ahora está muerto y es un estúpido.
Papá, ¿puedes ser mi padre por un momento? Quiero irme y hacer algo. Ya no puedo quedarme aquí. Estar aquí es una pesadilla.
Si a tu padre le hicieran una prueba con el detector de mentiras y le preguntaran si él fue el mejor padre, saldría exitoso. Y es porque te amó con todo lo que tuvo. Hasta lo último. Él te amó.
Te necesitábamos más de lo que tú nos necesitabas.
¿Cómo podías amarlo tanto en tu libro y no verlo por tanto tiempo?
Quieres irte de aquí, pero corres detrás de Antonio. Es un cretino, Dito. Por él, te estás arruinado.
-¿Por qué jamás escuchas lo que te digo?
-Te estoy escuchando. Escúchame. Todo estará bien. ¿De acuerdo?
-No me toques.
-Sólo escúchame.
-Suéltame. No me toques. ¡No me toques!
Se supone que no debes odiar a tu padre.
Sabes que... esperé en mi ventana un año cuando te fuiste. Compré mapas de California. Cada vez que lo oía mencionar, pensaba en ti. Vergonzoso. Pequeña niña tonta.
¿Crees que eres un hombre? Hay sólo un rabo entre tus piernas. Ve a casa
y cuida a tu madre. Ve a casa y hazte cargo de tu padre. Eso te convertirá en un hombre. Es todo lo que te queda. Porque si no lo haces, será demasiado tarde.
-¿Alguna vez que amaste?
-Dije que te fueras.
-Papá, ¿me amaste o no? Papá, debo saberlo. Miente y di que sí. Hazme sentir como la basura que soy. ¿Me amaste o no?
Ese muchacho me simpatiza.
Pero tu amigo Antonio te necesita ahora. Porque no tiene a nadie que le diga lo que yo te he dicho.
Al final, como dije, dejé todo y a todos. Pero ninguno de ellos, jamás, me dejó.
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