Una vez Manuel Puig le envió una carta a su amigo Guillermo Cabrera Infante. Los unía la literatura pero ante todo los reunía en la distancia el amor por el viejo cine de Hollywood. La carta comenzaba así: "Metro Goldwyn Mayer presenta a sus estrellas favoritas". Y se largaba con una lista de viejas actrices, a quienes comparaba con escritores relevantes de América latina:
Norma Shearer (Borges): ¡Tan refinada!
Joan Crawford (Carpentier): ¡Tan fiera y esquinada!
Greta Garbo (Asturias): ¡Todo lo que tienen en común es ese Nobel!
Jeannette MacDonald (Marechal): ¡Tan lírica y aburrida!
Luise Rainer (Onetti): ¡Tan, tan triste!
Hedy Lamarr (Cortázar): Bella pero fría y remota.
Greer Garson (Rulfo): ¡Oh qué cálida!
Lana Turner (Lezama): Tiene rizos por todas partes.
Vivien Leigh (Sabato): Temperamental y enferma, enferma.
Ava Gardner (Fuentes): El glamour la rodea, pero ¿puede actuar?
Esther Williams (Vargas Llosa): Tan disciplinada (y aburrida).
Deborah Kerr (Donoso): Nunca consiguió un Oscar pero espera, espera.
Liz Taylor (García Márquez): Bella pero con las patas cortas.
Kay Kendall (Cabrera Infante): Vivaz, ingeniosa y con glamour. Espero grandes cosas de ella.
También se incluía el propio Puig, que se comparaba con Julie Christie, la actriz de Doctor Zhivago: "Una gran actriz pero al encontrar al hombre de sus sueños (Warren Beatty) no actúa más. Su suerte en el amor ¡es la envidia de todas las estrellas de la Metro!".
Cabrera Infante se regocijaba con las bromas cinematográfico-literarias del autor de El beso de la mujer araña, a quien consideraba "la culminación del pop art " y un verdadero clásico. Cuando explicó por qué, como parte de un jurado, había premiado La traición de Rita Hayworth, fue como siempre irónico: "No había que leer el libro; el título era tan bueno: basta para entregar el premio. Puig habría podido prescindir de escribir la novela".
Por Jorge Fernández Díaz
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