8.4.09
criterio editorial
Las Op-Ed (opposite to editorials) es el nombre con el que se conocen a las notas de opinión que The New York Times empezó a publicar, a principios de los setentas, en la página opuesta a los editoriales del diario (¡de ahí su nombre, efectivamente!).
En una afortunada decisión, las autoridades del diario decidieron ilustrar esas notas de opinión con dibujos y no fotografías, invitando a los artistas a ilustrar las ideas que se exponían en tales artículos.
Hace poco, la autora Jerelle Kraus, durante 13 años responsable de la página de arte de esa sección, publicó un libro “All the art that's fit to print (and some that wasn't)”, esto es, “Todo el arte que entra en una página (y alguna que no)”, título que parodia el slogan del diario (“Todas las noticias que entran en una página”).
El libro reúne una selección de las mejores ilustraciones de los treinta y ocho años de las Op-Ed, incluyendo un puñado de aquellos dibujos que no pasó la aprobación de los jefes. Kraus calcula que cerca de un diez por ciento no pasó la criba editorial (se cuida de mencionar la palabra “censura”), en muchos casos, más que por temas ideológicos, directamente por zoncera del jefe a cargo.
Como siempre se habla más de la mitad vacía del vaso que de la llena, es interesante observar algunos casos que no pasaron la aprobación editorial y cuáles fueron los motivos para bajarles el pulgar.
El dibujo que encabeza este post, el de un Kissinger con sus hazañas bélicas tatuadas en la piel, fue una de las ilustraciones no autorizadas. El editor en jefe Howell Raines fue una de las pesadillas de Kraus. Sus objeciones bordean el delirio, responsable de censurar la siguiente imagen por considerarla que evocaba a un pezón (en una nota sobre el copyright en Internet)
o al siguiente termómetro congelado (para ilustrar una nota sobre las fluctuaciones climáticas) al que consideró una eyaculación.
El hombre tenía la idea fija, no hay dudas…
El siguiente retrato del sangriento dictador Idi Amin fue rechazado porque era “demasiado severo” con el personaje (condenado en el artículo por su conducta de asesino de masas).
Para un artículo sobre las viviendas baratos en Manhattan, el artista Brad Holland ilustró una rata suicida. Fue rechazada: era ir “muy lejos”.
Un Clinton gladiador fue rechazado por ser “poco respetuoso” para un presidente en ejercicio
O el Reagan mendigando por misiles rechazado por mostrar a un presidente como mendigo
“Si trabajas para un periódico no eres independiente, aunque sea el mejor periódico del mundo, como en este caso. Y los editores temen más a las imágenes que a las palabras, porque son mucho más directas” resumió Jerelle Klaus con agudeza.
Cabe señalar que The New York Times aún no reseñó el libro que compendia una parte de la historia de este periódico. Todo un síntoma.
FUENTES:
Un artículo de Bárbara Celís para “El País”:
http://www.elpais.com/articulo/cultura/opinion/ilustro/elpepicul/20090403elpepicul_3/Tes/
Un artículo de Steve Brown en alternet:
http://www.alternet.org/story/130698/
Su traducción en Rebelión:
http://www.rebelion.org/noticias/2009/3/82213.pdf
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