22.5.09

volándose la cabeza en cámara

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LA MUERTE EN VIVO

“Muerte en vivo” pasó desapercibida por las pantallas locales. Tibias críticas, colgada del lado de afuera del cartel. Amable visitante, tal vez (con suerte) la vea en su llegada al DVD y no le preste mucha atención. Bueno, no se lo merece. “Muerte en vivo” es una más que interesante crítica sobre los medios de comunicación, sobre los extremos a los que se llega, en pos del rating. La película es feroz, sin concesiones, con un interesante final. No hay héroes en esta historia; como en la vida, son todos unos hipócritas. Más aún: los que se pasan esgrimiendo la ética y la moral, son los más chantas de todos.

La idea de “Muerte en vivo” es simple: una productora deseosa de rating, emprende un ambicioso proyecto, un programa de juegos. Claro, el juego tiene riesgos: una ruleta rusa. De los seis participantes, uno se volará la cabeza. Los cinco sobrevivientes se lleva cinco millones y la familia del extinto, sólo su cadáver.

“La muerte en vivo” es el registro del camino de esa idea, lanzada en joda por una productora, hasta la emisión del programa. Desde el comienzo la respuesta era “esto no se puede hacer”. Y sin embargo, se hace, mitad por imperio de la pujanza de Katy, productora estrella y protagonista del filme, mitad porque los cínicos que la rodean están tan entusiasmados como ella por ver a alguien volarse la cabeza en cámara.

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Hay algunas líneas interesantes en el filme. Una es la idea (dicha a los gritos por el padre de uno de los jugadores) que no se existe si no se está en televisión. Lo valioso es que te reconozcan en la calle. Salvar vidas en un hospital, correr ladrones, vender sandías en la esquina, no es tan valorado por la sociedad como mostrar el culo en la pantalla chica.

Otra línea es la apelación a grandes valores (la libertad, el derecho a lograr nuestros sueños, el libre albedrío) como argumentos para permitir cualquier barbaridad. La codicia se vale de grandes ideales para desplegar sus necesidades más mercantilistas.

Una última idea: la poca importancia que tiene la vida. Para los productores, autoridades, el público, pero, principalmente, para los mismos jugadores. Cinco millones de dólares es un cebo tentador para ponerse una pistola en la cabeza y disparar.

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Para no cansar, una última (ahora sí, lo prometo) idea que surge al ver “Muerte en vivo”: Eva Mendes está buenísima. Y como si fuera poco, no desentona en una película que la tiene el 90% en pantalla con una cámara que la sigue a todos lados. Su onda de seducción llega a la butaca, babosos amigos. Nace una candidata al Baba Memorial 2009, acuerdense.

Un actor a seguir: Jeffrey Dean Morgan, visto en“Watchmen” quien ya se destacó como Denny Duquette, el amado paciente y fantasma de Katherine Heigl en “Grey's Anatomy”. El tipo tiene algo, anotenlo.

Escenas destacadas: los cortitos de los participantes; la escena del arrepentimiento en el baño; el tiro del participante; la charla de Katy con el asesor legal de la cadena televisiva; el casting de los suicidas.

Las mejores frases, mañana.

CONSEJO: verla.

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