LAS FLORES DEL CEREZO
data: http://www.imdb.com/title/tt0910559/
En cierto momento me dijo que los muertos sueñan con nosotros, y esas palabras se han convertido en un "hilo conductor" para mí. Porque, si los muertos sueñan con nosotros, entonces es posible que todas las señales de fugacidad son sólo pequeñas postales que nos envían los muertos.Una serie de pistas temáticas recorre la trama de “Las flores del cerezo” de Doris Dörrie que, en una primera descuidada aproximación, podría ser elementos caprichosos adosados a la historia.
DORIS DÖRRIE
Primera pista: el Hanami, la tradición japonesa de mirar los cerezos en flor. La breve floración de los cerezos es un símbolo, en la cultura japonesa, de la fugacidad de la vida. Las flores del cerezo duran unos muy pocos días y su aparición es esperada, ansiosamente, por la población. Cuando llega el momento, los japoneses se lanzan a las plazas y parques, organizan picnics a los que asisten con sus familiares o colegas del trabajo y se sientan a ver los cerezos en flor. Sólo duran unos días, recordándonos lo breve que es la vida y lo significativo que es apreciar su belleza, gloria que alumbra como una flor efímera.
Segunda pista: la danza butoh. La danza butoh es una invención moderna, un movimiento cultural creado después la Segunda Guerra Mundial. A mitad del camino entre la danza y el teatro, el butoh explora los estados de ánimo y los cambios del cuerpo humano en sus distintas formas. Se dice que el Butoh es una reflexión del cuerpo sobre el cuerpo y el lugar que ocupa en el Cosmos.
Tras la explosión de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, los japoneses convivieron con las imágenes de los sobrevivientes caminando desorientados por la calle, la piel llagada, los ojos colgando de sus órbitas quemadas. Esas imágenes dantescas fueron las generadoras del Butoh, la danza hacia la oscuridad. Sus creadores fueron Kazuo Ohno y Tatsumi Hijikata. Este último definió, con extrema precisión, el propósito de la danza Butoh: recobrar el cuerpo que nos había sido robado.
Podemos ahora unir los puntos: Trudi se entera que su esposo Rudi tiene una enfermedad terminal y lo lleva a Berlín para que vea a sus hijos, sin que él sepa su gravedad. En el viaje, el destino pega una vuelta: Trudi no despierta una mañana. Rudi, en el vértigo del duelo, viaja a Japón a visitar el Monte Fuji, uno de los sueños de su esposa fallecida, admiradora de la danza butoh. La excusa es visitar a unos de sus hijos, pero Rudi trabará amistad con una bailarina callejera de butoh que le enseñará los rudimentos de la danza.
En la escena final, Rudi practica la danza al pie del Monte Fuji. Rudi logra allí, en su último viaje, lo que ha venido a buscar, su propósito dramático en toda la película: encontrar el cuerpo. Encontrar el cuerpo de la esposa muerta que se ha perdido, en la ráfaga artera de la muerte. Reencontrar el cuerpo, las memorias que están en su interior, reencontrar lo que se creía perdido. (Las escenas de Rudi, con la ropa de su difunta esposa, expresan esta necesidad dramática del personaje).
La vida es un breve instante entre largas oscuridades. Sentarse a disfrutar del breve lapso en el que Universo se ilumina, llamarada conciente en la que simplemente somos, para luego menguar en la nada, tender al cero.
LINKS:
Un revelador reportaje a Doris Dörrie:
http://www.facebook.com/topic.php?uid=62005423833&topic=7310
Artículo en Wikipedia sobre el Hanami:
http://es.wikipedia.org/wiki/Hanami
Un artículo sobre danza Butoh en Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/But%C5%8D
Otro sobre esa danza:
http://www.japonartesescenicas.org/danza/articulos/butoh.html
Un muy buen trabajo monográfico sobre el Butoh:
http://www.japonartesescenicas.org/danza/articulos/grotesbutoh.html
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