20.11.09
el pelé ruso (I)
La historia de Eduard Anatoliyevich Streltsov empieza como todas las grandes historias suelen empezar. Nace en Perovo, un suburbio moscovita, el 21 de julio de 1937. El pequeño Eduard crece sin padre, un soldado que sobrevive a la Guerra pero que prefiere establecerse en Kiev que volver con su esposa e hijo en Moscú. Sofía, su madre, trabaja en una fábrica metalúrgica; pero tiene una salud resentida por problemas cardíacos congénitos. Sus propias palabras señalan la realidad de esos días: “el único placer, el único destello de luz en los días grises de la semana, era el fútbol”.
En la fábrica Fraser, el talento futbolístico de Sterltsov es rápidamente reconocido. A los 13 años ya juega en el equipo de la fábrica. El joven hincha del Spartak de Moscú, se luce en un encuentro que el Fraser juega con las inferiores del Torpedo. Tras el partido, el técnico del Torpedo lo invita a probarse en el equipo mayor.
Todas las crónicas registran que llega a las puertas del club con una valija de madera; ninguna nos dice si soñó siquiera con que el club a cuyas puertas llama le pondría, algún día, su nombre al estadio.
(continúa mañana)
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