27.11.09

mirá cómo me tomaron de boludo: esta casa cierra

El lugar es una casa de venta de trajes, camisas y pantalones, ubicada en un lugar céntrico. Podía llegar a conseguirse una interesante combinación precio / calidad, en ese punto de venta. Pero un día, decidieron ir por más y pusieron un cartel de liquidación.

Vos te acercabas, veías los precios y no cambiaban mucho respecto a la semana anterior; pero te imaginabas que era una ilusión que pasaría con el paso de los días.

Error.

Redoblaron la apuesta.

Un día, apareció un cartel de “Esta casa cierra en 15 días” y prometían tirar la casa por la ventana, rematando todo.

Los precios seguían siendo los mismos.

El cartel siguió.

Ese mes. Y el siguiente. Y el otro.

Y así los dos años subsiguientes.

A veces cambian el cartel (“Esta casa cierra”); en otras cambian los letreros de descuentos (35% OFF, 40%, 50%, 60%!!!!!).

Los precios siguen siendo los mismos.

Ya sé, ya sé, un día me voy a llevar una sorpresa, voy a pasar y no va a estar más.

Pero como promesa de cierre en una quincena, dilatarse un par de años, parece mucho, ¿no?

Lo que parece una gracia simpática e inofensiva (al fin y al cabo, nadie va a poner un peso más de lo que quiere poner por una pilcha), no puedo dejar de señalar que hay otra intención en los dueños de esa casa de ropas. El objetivo no es tentarnos con las ofertas (que no son tal). Sino tomarnos de boludos. A vos, a mí, al de al lado. Al tipo que pasa ocasionalmente por esa esquina, que no se le dio por comparar con otra casa de ropas y dice: “¡Uy, mejor me apuro, a ver si cierra”.

Como política de ventas, estafar con premeditación, no parece la mejor. ¿No?

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