14.12.09
el cuento de Navidad de Dickens
Ayer posteamos la crítica de “Los fantasmas de Scrooge”, la versión animada de Robert Zemeckis, del célebre “Cuento de Navidad” de Charles Dickens. Es un buen momento para reunir un puñado de datos del libro y de su autor.
Charles Dickens fue fuertemente tocado por su propia experiencia personal para convertirse en la voz de los caídos de la Revolución Industrial inglesa. John Dickens, el papá de Charles, fue a prisión por deudas y su hijo de doce años tuvo que abandonar la escuela para trabajar en una fábrica de betún. Pese a que la detención fue de tres meses, Charles debió seguir trabajando para mantener las finanzas familiares. Allí se codeó con las injusticias sufridas por las clases sociales bajas, experiencia que lo traumó para toda la vida.
Ya mayor, Dickens militó en causas sociales y planeó la escritura de un panfleto político denunciando la situación de los niños pobres de la Gran Bretaña. Pero cambió su propósito original y terminó escribiendo, al cabo de seis semanas, tal vez su obra más conocida, “El cuento de Navidad”.
“Cuento de Navidad” fue publicado en Londres por la editorial Chapman y Hall, el 19 de diciembre de 1843. La primera edición estaba encuadernada en rojo, las páginas con bordes dorados. La edición tenía cuatro páginas coloreadas en mano y otras cuatro en blanco y negro, grabados realizados por John Leech.
Dickens prefirió cerrar trato con la editorial por un porcentaje de las ganancias. Debido a los altos costos de la edición, fue un mal negocio para el escritor que sólo obtuvo un cuarto de las mil libras que pensaba obtener. Mal momento para esta merma en los ingresos: su esposa estaba embarazada otra vez.
Pese a que “Cuento de Navidad” no fue un éxito financiero, si tuvo las reverencias de las críticas y el público. Tal vez, ninguna sean más precisas que las palabras del poeta y editor Thomas Hood que supo decir: “Si la Navidad, con sus antiguas y hospitalarias costumbres, sus objetivos sociales y caritativos, alguna vez estuvo en peligro de desaparecer, este libro le da una nueva posibilidad”.
El éxito de la historia desencadenó infinidad de adaptaciones. Más aún, fue pirateada en vida de Dickens. El escritor demandó a la editorial quien se declaró en quiebra y lo dejó a Dickens a cargo de todos los gastos del juicio, debiendo pagar 700 libras esterlinas de costas legales de su propio bolsillo.
Con todo, los reveses económicos de “Cuento de Navidad” fueron, en la perspectiva histórica, menores. Muchos consideran a la obra de Dickens como responsable de un relanzamiento de la Navidad en la Inglaterra anglicana. Una publicación británica consideró que “Cuento de Navidad” fue responsable del aumento en las donaciones para los pobres ocurrido en la primavera de 1844. Entre las anécdotas que se guardan de este libro, se cuenta que en 1867, Mr. Fairbanks, un industrial de Boston que asistió a la lectura de la obra, salió tan conmovido que cerró su fábrica el día de Navidad y envió un pavo a cada uno de sus empleados.
Tal vez, la adaptación cinematográfica de Zemeckis logre el milagro propuesto por Dickens hace más de siglo y medio: conmover un alma de un modo tan radical que lo convenza de que no es demasiado tarde para cambiar.
(Para más datos, sugerimos consultar el muy buen artículo en Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/A_Christmas_Carol)
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