los fantasmas de las animaciones pasadas, presentes y futuras

LOS FANTASMAS DE SCROOGE
data: http://www.imdb.com/title/tt1067106/

“Los fantasmas de Scrooge” es una buena película. Hasta ahí. Entretiene, tiene sus o dos tres escenas para destacar y hace gala de buenos efectos de animación, básicamente en su versión 3D. Pero está un escalón debajo de cualquier película de PIXAR. No obstante vale detenerse en dos o tres enseñanzas que surgen del filme.



La primera, cuál es el futuro del método de captura del movimiento, la técnica preferida de Robert Zemeckis desde “La estrella polar”. Deambula a caballo de la realidad y la animación y no es totalmente ni una ni otra. A priori, uno podría pensar que se toma lo mejor de cada uno. Pero el resultado parece acercarse más a reunir lo peor de ambos mundos. Quizás haya que seguir perfeccionando la técnica para lograr resultados aceptables. Pero, hasta ahora, los personajes presentan un grado de artificialidad en sus expresiones que no iguala a la animación clásica.



Una segunda lección (largamente sabida, pero que vale repetir) es que los mejores segmentos de “Los fantasmas de Scrooge” corresponden a los momentos dramáticos en los que el cascarrabias Scrooge se enfrenta a su pasado, su presente y su futuro. Las persecuciones, los viajes por los aires, las gambetas a los tejados nevados o los puentes, por más frenéticos que sean, distraen, frenan la acción. Cuando el fantasma lleva de la nariz al protagonista, reviviendo aquellas acciones fallidas que determinaron esta triste realidad presente, literalmente quedamos al borde del asiento, totalmente entregados a la acción. Por más despliegue de ferretería visual que atiborremos en pantalla, la vieja magia de una historia bien contada, sigue funcionando. Valga señalar que los mejores tramos de la película, pertenecen al original de Charles Dickens.



Cerramos con una frase del filme, cuando el Fantasma de las Navidades Presentes señala a dos niños de aspecto aterrador: “¿Son sus hijos?”, “De los hombres. Uno es la ignorancia; el otro la necesidad”.