-Oh, no volverá –dijo Pándaro-. Las mujeres nunca regresan. Se mueven en línea recta, aunque piensen en círculos. Los hombres piensan de forma rectilínea, pero en cambio se mueven en círculos. ¿Sabéis de algún hombre que no haya acabado por regresar a su hogar, por veloz que fuera su huída de él?
LAURA RIDDING
“Final troyano”
17.5.10
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