29.5.10
no toda es claustrofobia la de los espacios abiertos
EL ESCRITOR OCULTO
data: http://www.imdb.com/title/tt1139328/
“El escritor oculto” es un thriller con el tiempo y el ritmo de una película de los ’70. En épocas de Bourne y un James Bond hiperactivo, se advierte cierta pachorra en el relato dirigido por Roman Polanski. No es una mala película, tampoco memorable. Es esa clase de filmes correctos, que no naufragan, pero que no innovan en nada. Con buenos actores, algunos buenos diálogos, una trama con una sorpresa final, “El escritor oculto” se toma su tiempo para mostrar las cartas, al fin y al cabo, una adivinanza: ¿cuál es el muerto que tiene en el placard Adam Lang, ex Primer Ministro del Reino Unido?
El argumento promete: un escritor fantasma es contratado para terminar de escribir las memorias del ex premier británico Adam Lang, reemplazando a otro escritor que falleció en su tarea. El trabajo le permite ser testigo del entorno de un personaje que aún representa cierta cuota de poder pese a su retiro. Una denuncia de violación de derechos humanos durante su gobierno, complica la situación del ex político, a lo que se suma ciertas incoherencias en el manuscrito que debe corregir el escritor fantasma. De a poco, esas incoherencias abren la puerta a un secreto más pesado y a la posibilidad que el antecesor en el puesto del escritor haya muerto asesinado.
Polanski adaptó la novela de Robert Harris (co-adaptador del filme) y le impuso su propio ritmo. Hay que señalar dos aciertos estilísticos en el planteo de Polanski para contar esta historia. La primera, adoptar el punto de vista del protagonista, el escritor fantasma. De a poco, nos vamos armando la historia alrededor del Premier, uniendo los trozos de información que el escritor va recibiendo de reojo, a hurtadillas, entre fragmentos del original mecanografiado de las memorias más los diálogos captados involuntariamente por el protagonista. De un modo sistemático, se va armando el perfil (incompleto) del personaje, sugiriendo sus crímenes subyacentes. Es interesante como el flujo de información nos predispone a pensar algo de un personaje que (tal vez) no tenga nada que ver con la realidad.
Otro acierto es la escenografía. Gran parte del filme pasa en la casa donde reside el ex Premier en su estada en Estados Unidos. El lugar, con una arquitectura moderna, con muchos ventanales que dan a espacios abiertos, tiene vista al océano. Es un interior que da la sensación permanente de absoluta libertad, casi como estar al aire libre sin ninguna restricción. Cuando la trama toma cuerpo y la paranoia va en ascenso, el lugar se vuelve una cárcel. Es notable esa sensación de claustrofobia, en un ambiente sin barreras. Una cárcel sin barrotes. Esa idea temática es muy eficaz, más aún cuando la trama tensa la cuerda del suspenso y la sospecha va en ascenso.
Dentro del parejo nivel de actuaciones, destacamos la de Pierce Brosnan, la de Olivia Williams y la de Tom Wilkinson. Hay un pequeño parlamento de Eli Wallach (el vecino a la playa donde encontraron el cadáver del primer escritor) más que meritorio.
No mucho más. Se puede esperar al DVD pero puede ser una buena segunda opción en cine. No pida mucho, eso sí.
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