El sacerdote alto movió la cabeza y repuso:
-¡Ah, sí! Los modernos infieles apelan a su razón; pero ¿quién puede contemplar estos millones de mundos sin sentri que hay todavía universos maravillosos donde tal vez nuestar razón resulte irracional?
-No -dijo el otro-. La razón siempre es racional, aún en el imbo, aún en el último extremo de las cosas. Ya sé que la gente acusa a la Iglesia de rebajar la razón; pero es al contrario. La Iglesia es la única que, en la tierra, hace de la razón un objeto supremo; la única que afirma que Dios mismo está sujeto por la razón.
El otro levantó la austera cabeza hacia el cielo estrellado e insistió:
-Sin embargo, ¿quién sabe si en este infinito universo...?
-Infinito sólo físicamente -dijo el curita agitándose en el asiento-; pero no infinito en el sentido de que pueda escapar a las leyes de la verdad.
GILBERT KEITH CHESTERTON
“La cruz azul”
18.8.10
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