Pero, en ocasiones, el uso y abuso de esta forma de vocabulario es síntoma de una extraña y poco frecuente enfermedad, el síndrome de Tourette. La historia es así: en los anales de la psiquiatría se cita a una distinguida marquesa de Dampierre, "conocida por sus exquisitos modales que (sin explicación alguna) cambiaba bruscamente su comportamiento delante de sus invitados y la servidumbre, comenzaba a ladrar como un perro, a insultar a sus contertulios y a decir obscenidades". Años después, el doctor francés Georges Gilles de la Tourette reconoció ese mal entre sus pacientes y así lo diagnosticó.
ALEJANDRO SCHANG VITON
“Informe desde el reino de la palabrota”
(la nación, 11.09.10)
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